(MARTES 23 DE ENERO-2024-EL JORNAL). El tema del racismo es muy delicado como para que de él se haga un circo, como ha ocurrido con el caso Góndola-Torres.
En primer lugar, da la impresión que, a diferencia de lo que sucedió con el caso Campos-Javon, esta vez se actuó con excesiva lentitud.
No salieron algunas partes a acusar, como sí lo hicieron en el caso Javon-Campos, y tal parece que esta denuncia quedará en nada, dado que ya Freddy Góndola ni siquiera pertenece a Alajuelense.
Hay que diferenciar, además, que una situación es el racismo, que en los estadios de Costa Rica se ha dado, sin ninguna duda, y otra es lo que se da dentro de un terreno de juego, en el que muchas veces prevalece un lenguaje alejado de las mejores normas que se han de practicar en sociedad.
Y no es una justificación para estar a favor o en contra de una determinada expresión, o expresiones, que se hayan empleado. No, todo aquel que haya jugado fútbol, aunque sea de forma aficionada, sabe que lo dicho es así.
Por tal motivo, lo que corresponde es fortalecer los protocolos y las prácticas contra el racismo, dentro y fuera de la cancha, pero que atienda debidamente el problema, y que no se desvíen las miradas hacia un asunto de intereses particulares de uno u otro equipo.
Se ha hecho un circo del racismo en el fútbol de Costa Rica y ese es el peor escenario al que se debía apelar. Hay que combatir en toda su dimensión esta práctica deleznable, pero en un afán claro y comprometido de desterrar a todos aquellos que juzgan y excluyen simplemente por el color de la piel.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
