ENTRE PARÉNTESIS
(SAN JOSÉ, 08 DE ABRIL, 2014-EL JORNAL). Quizá en una alusión anticipada a la Semana Mayor, el presidente del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), Luis Antonio Sobrado, se “lava las manos” y se desmarca del alto abstencionismo que primó en la segunda ronda el 6 de abril, con lo cual recuerda al histórico Poncio Pilatos, cuyo proceder de sobra conocemos en la cultura universal.
La trillada frase “se lavó las manos”merece citarse porque es sorprendente que el TSE sea incapaz, o más bien no admita, el alto grado de responsabilidad que tiene en este delicado tema.
Los denominados candidatos minoritarios le pidieron al TSE que intercediera para que no los invisibilizaran en los medios televisivos y radiofónicos que usan frecuencias del Estado y adivinen, el TSE no hizo nada.
¿Qué hubiera pasado si al hoy Presidente electo Luis Guillermo Solís ni siquera le permiten a ir observar los debates que hicieron los canales de mayor alcance? ¿Hubiera llegado a Zapote?
De modo tal, que en un mundo en el que los medios de comunicación son el cuarto, el quinto y el sexto poder, y todos los poderes imaginables, conviene que haya un TSE más activo en pro de las fuerzas políticas que desean manifestarse.
No basta, claro está, con lo que hace el TSE, porque este debe apostar por una cultura electoral en todo el sentido de la palabra, pero ello parece imposible para una institución que es una de las menos democráticas que existen en el país.
Ohh, Poncio Pilatos, todavía resuenan en occidente tus palabras y persiste la forma en que entregastes al redentor, y parece que esos esos ecos llegan hasta la Costa Rica idílica, suiza centroamericana, inmaculada y pura.
Ahora la institución rectora del voto es ajena al alto abstencionismo. Viva el caos, y el eterno carnval que tanto invocaba el poeta y ensayista Isaac Felipe Azofeifa para referirse al ser costarricense.
*Director de El JORNAL.
