(MIÉRCOLES 01 DE MAYO-2024-EL JORNAL). Mientras aún tengo en la memoria la magistral jugada de Toni Kross para que Vinicius anotara el 1-0 ante el Bayern Múnich, la cámara del partido Herediano-Alajuelense se desplaza hasta la grada en la que Jafet Soto está discutiendo con el jugador manudo Michael Barrantes por una jugada protagonizada por Kevin Cabezas y Olando Galo.
Es como pasar del cielo al infierno. De las luces a las sombras. De la grandeza a Tiquicia. Como descender del Cirque du Soleil al de Los Hermanos Gasca, atascados en Nicaragua con sus tigres, con sus leones, con sus hipopótamos y sus payasos, sin saber si habrá o no un mañana.
Por eso estamos como estamos. A nuestro fútbol le falta fineza. Fineza dentro y fuera de la cancha. El conficto fácil parece ser la brújula de algunos. Que enciendan las cámaras que aquí estoy yo, sabio, polifacético y ganador. Suena a corrido mexicano desmejorado. Con un charro al que le cuesta entonar la canción, pero que aún así prosigue.
Mientras tanto, Kross está perfilándose para hacerle el pase a Vinicius. Con su visión periférica tiene el control de toda la escena. Por la forma en que coloca el cuerpo, más parece a Rudolf Nuyerev que a un jugador de fútbol. Se perfila, le indica a Vinicius hacia dónde debe correr exactamente y ante el desmarque le lanza el balón con una precisión de cirujano. Gol de Vinicius. Firma la conquista, pero se devuelve para hacerle una reverencia al artista, al genio que fue capaz de ver donde otros no verían. Ya esto no es fútbol. Es arte puro. Del bueno y de ese que perdura en los corazones de los aficionados.
Tras evocar la magnífica escena de la Champions tengo que volver al Carlos Alvarado, que con remodelación incluida, sigue siendo un estadio pueblerino de tercera categoría y continúa la discusión entre el gerente, el entrenador, el vocero, el presidente, vaya uno a saber qué más es este señor, y el jugador manudo.
Es la Champions versus nuestra pequeña Tiquicia, en la que hay situaciones inverosímiles que ni siquiera el Realismo Mágico las podría catalogar en su carpeta de situaciones insólitas y lamentables. Toni Kross versus Jafet Soto. El último, por favor, que apague la luz.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL