(MARTES 29 DE MARZO, 2022-EL JORNAL). Un líder siempre tiene que llamar a la unidad y a la coherencia. Si es en horas bajas esa actitud es indiscutible. Y si es en el éxito, con mucha más razón debe apelar al sentimiento de equipo.
Tras el partido contra El Salvador, Luis Fernando Suárez cuestionó públicamente a Manfred Ugalde, al que evoca por alusión, al afirmar que en su período como entrenador de la Selección “nunca nadie renunció a esto, solo un jugador”.
El comportamiento del técnico a una pregunta de qué había cambiado para la remontada en la eliminatoria, fue infantil e innecesario. Un hombre de su trayectoria, de sus éxitos y de su edad, no puede ponerse a cuestionar a un joven que trata de abrirse camino en el fútbol europeo y si lo consigue, abrirá indirectamente puertas para quienes vengan detrás de él.
En la victoria y en la derrtota se ha de mostrar siempre grandeza y aquí a Suárez lo traicionó ese espíritu de rencor en relación con el exdelantero saprissista.
Nelson Mandela llegó a la presidencia de Sudáfrica luego de haber pasado 27 años encarcelados solo por el hecho de ser negro y de tener un pensamiento distinto a los poderosos y blancos afrikáners.
Cuando su propia gente esperaba la revancha, el látigo, el castigo de los blancos por parte de Mandela, el líder sudafricano dijo que para que su país brillara en el firmamento de las naciones, se requería del concurso de todos: de negros y blancos, en lo que definió como el arcoiris de su país.
En la película Invictus, del gran Clint Eastwood, ese momento se capta de manera magistral: los blancos con sus cajas empiezan a abandonar el palacio de gobierno y Mandela no entiende lo que está pasando, entonces, convoca a una reunión, y les dice que quienera irse tiene toda la libertad de hacerlo, pero que él esperaba que le ayudaran a reconstruir al país, que por el color de la piel nadie debe abandonar su trabajo. Es un pasaje extraordinario basado en la vida real.
Así que cuando me enteré de que Suárez le había hecho ese reproche a Ugalde se me cayeron varias medallas de un técnico que ha necesitado de mucha ayuda, más de la que cualquiera hubiera esperado, para salvar la eliminatoria.
En otras palabras, en esta victoria parcial que significa el repechaje, a Suárez le faltó humildad personal, así como visión y jerarquía del líder que está llamado a ser.
