(VIERNES 19 DE ENERO-2024-EL JORNAL). Por decisión técnica Saprissa jugó anoche ante Pérez Zeledón sin Mariano Torres y se mostró como un equipo chato, previsible, pobre y sin ideas.
No es nuevo que un solo jugador pueda tener tanto peso en un equipo, pero lo sucedido ayer deja entrever que el resto del engranaje, al menos para este encuentro, fue demasiado llano y eso facilitó que los generaleños con un gol solitario se quedaran con la victoria.
Lo extraño es que en la temporada recién concluida, Torres pasó más de medio torneo fuera de él y Saprissa lo extrañó poco. No obstante, ayer, nadie hubiera creído que los morados son tricampeones nacionales.
Luego vienen todas las justificaciones de la mano del verbo divino y de eternidades, pero la realidad en el campo es que se vio a un Saprissa desconocido y sin sorpresas en ataque, con un Ariel Rodríguez voluntarioso pero muy errático.
¿Cómo pueden los equipos nacionales de un partido a otro bajar tanto su rendimiento? Esta es una de las mayores preocupaciones que deberían atenderse en nuestro fútbol, porque algo similar ocurre con la Selección Nacional, que el próximo 24 de marzo tendrá un partido clave para estar en la próxima Copa América.
No se entiende que haya tanta irregularidad, como si la irregularidad se entrenara. Por eso me sorprendió sobremanera que los tibaseños hicieran un juego tan deficiente y la reacción tan de ‘no ha pasado nada’ de Vladimir Quesada.
Sigo pensando que cuando se pierde hay que autoindignarse y de inmediato trazar la ruta para mejorar en el siguiente reto, pero en el fútbol costarricense pareciera que perder, las veces que sea, es totalmente normal.
En fin, a Saprissa, anoche, se le vieron las costuras con la ausencia de Torres, quien entró al final del partido para maquillar la estadística.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL