(VIERNES 22 DE ENERO, 2021-EL JORNAL). Nada es más peligro que ganar por adelantado. Cuando se procede así aparecen monstruos en el lugar menos esperado. Esta tarde Saprissa recibe al desconocido y modesto Arcahaie de Haití y tiene que asumir el juego con todos los rigores, pues de lo contrario podría sufrir los síndromes del Real Madrid, que cayó en la Copa del Rey ante el Alcoyano.
Esta columna sería absolutamente innecesaria si Saprissa fuera hoy un equipo de garantías. Alrededor del equipo morado lo que hay son dudas, incertidumbres y vacíos. Y no tanto porque el equipo carezca de grandes jugadores, sino porque el entrenador Walter Centeno todavía no consigue, cinco torneos cortos después, generar la confianza que requiere un técnico, pese a los dos títulos ganados.
Por tal motivo, hoy ante el Archahaie, Saprissa tiene que ganar con contundencia en el marcador y en el desarrollo de su fútbol, pero esto no se consigue enviando un burofax al universo, sino asumiendo el encuentro con toda la profesionalidad del caso.
El desafío está en que la mente puede jugarle una mala pasada a los morados, debido a que nada es más poderoso que ese subconsciente que nunca duerme.
Hoy, por ende, el Saprissa tiene un reto más que importante para asegurar la final de la Concacaf ante su archirrival Alajuelense.
Y en fútbol, por más limitado que sea el adversario, nada se puede dar por hecho. Que no termine la noche en absoluta oscuridad y con un paso en falso para el Saprissa, porque sería una sentencia para su entrenador y golpe demoledor para la plantilla.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.
