(VIERNES 03 DE DICEIMBRE, 2021-EL JORNAL). Las formas, como los poemas, no figuran nunca en las estadísticas, pero son tan o más importantes que aquellas.
A Santos se le exigía entereza y carácter para enfrentar las semifinales y ayer el equipo de Erick Rodríguez cumplió con creces con ese mandato silencioso del fútbol nacional.
Frente a la poderosa Liga, al menos en el papel, Santos salió sin complejos, con Paradela, Javon y Méndez como pilares del equipo en la zona de ataque.
Más allá del marcador, que al final tuvo esa gota de amargura con el gol de Venegas, Santos encaró esta fase como lo reclamaban las circunstancias: con un esquema ordenado, peleando cada vez en cada sector de la cancha, con un equipo solitario, donde los delanteros eran los primeros defensores, en fin, que para un modesto como es Santos, esto es una gran noticia y por extensión para el fútbol nacional.
Se puede jugar bien y aspirar a grandes metas: Santos lo ha demostrado a lo largo del torneo y pareciera que los golpes los ha asimilado bien, como el sufrido en la Concacaf ante el Forge de Canadá.
Así deben madurar los equipos: prueba y error, aunque este segundo aspecto hay que minimizarlo en la medida en que sea posible.
Y todo pasa por la mentalidad que se le pueda infundir al grupo: cómo se juega y a qué se aspira, estos son dos de los derroteros que han de guiar a cualquier club que quiera protagonismo y gloria.
Y si Erick Rodríguez no ha lanzado un balón fuera, sus declaraciones tras el partido reafirman ese paso al frente que ha dado Santos, al aseguar que no vendrá al Morera Soto a defenderse como en los años ochentas, que un equipo procuraba resguardarse con sus 11 jugadores en el área pequeña.
Es a partir de esa aspiración de grandeza que Santos crecerá y soltará las amarras que lo vinculan a un equipo pequeño. Primero lo sueño y luego lo materializo. Esa es la ecuación. La que se va desarrollando lentamente, porque la lentitud no es ese mal que nos cuenta la modernidad, en el pasado, la lentitud era sinómino de pensamiento, de profundidad, de reflexión, de sopesar el presente y el porvenir.
Así se construye una franquicia ganadora, con grandes objetivos y paciencia. Santos va por el buen sendero, más allá de lo que pase el domingo en el Morera Soto.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL