(LUNES 06 DE DICEIMBRE, 2021-EL JORNAL). Hay derrotas que con el paso del tiempo pueden trocarse en victorias. Se requiere paciencia y visión de futuro. Una vez plantada esa semilla germinará lentamente y más lentamente dará frutos, pero los dará.
Santos ante Alajuelense le hizo honor al origen de su nombre, que respondía a la admiración que por entonces despertaba el Santos de Pelé.
Contra los manudos, los guapileños jugaron sin complejos, sin amarras y se desprendieron de su mentalidad de equipo pequeño para dar el salto y competir de tú a tú.
Así es que se avanza, más allá de que la serie la haya ganado el equipo manudo. En el césped los santistas fueron mejores. Se comportaron mejor como equipo. La lotería de los goles de visitante le dio el pase a una Liga con una planilla más fuerte, lo que no se tradujo en que superaran a su adversario en el verde.
Santos peleó cada centímetro en el Morera Soto y ya antes en el Ebal Rodríguez había dado una muestra de equipo con aspiraciones serias de llegar a la final de la segunda fase.
Un gran trabajo de Erick Rodríguez. Que los técnicos nacionales se reconozcan en él. Que sepan que si se preparan pueden competir con los internacionales.
Además de conocimientos técnico-tácticos, en el fútbol hay que saber muchas cosas más para triunfar. Y me parece que Rodríguez tiene la humildad suficiente para corregir aspectos que en el pasado cercano no le favorecieron, como los yerros cometidos contra el Forge de Canadá.
Si el fútbol nacional da un paso adelante, como el realizado por Santos, pese a que se quedeo sin final, se podrá competir mejor en el ámbito internacional, tanto en equipos como en selecciones.
El idioma del fútbol se habla en la cancha. Y en ella Santos dio muestras de que con un planteamiento inteligente, asumiendo riegos, y dándole la confianza a los jugadores para que se expresen, se pueden alcanzar metas relevantes.
Lo más importante de todo es que Santos cambia de estatus: su mentalidad ya nunca más deberá de ser de equipo pequeño. Ahora le corresponde otear el horizonte desde otras cimas.