(SAN JOSÉ, 24 DE AGOSTO, 2013). El predicador católico Salvador Gómez, de visita en Acosta el 24 de agosto, aseguró que la familia actual está destruida por la falta de compromiso, por la incomunicación, por la ideología del género, y por el consumismo, entre otros factores.
Gómez, quien nació en El Salvador, en junio de 1953, pero que reside en Guatemala, explica en esta conversación con EL JORNAL, que la Iglesia con el Papa Francisco está llamada a volver a sus raíces, a la idea original de servicio, pero al mismo tiempo admite que no está preparada para dicho desafío.
“La familia está pasando por una crisis de factores externos e internos. El primer factor es la inmadurez psicológica. La familia nace de un compromiso, de un matrimonio, pero los muchachos no se quieren casar, prefieren ser amigos, tener novio, ser parejas en libertad, y por ese miedo al compromiso no establecen un matrimonio estable y eso se está trayendo abajo a la familia”.
Agregó que “esa ideología del género que ahora se ha metido que yo soy físicamente hombre, pero psicológicamente quiero ser mujer, o al revés. Entonces, ya se perdió la identidad del varón y de la mujer y eso ha llevado a destruir a la familia”.
El predicador se presentó en el gmnasio del Colegio ante más de 500 asistentes, en un mensaje que fue ampliamente aplaudido.
En su criterio, el gran problema de la familia es la incomunicación, que pasa porque ni siquiera una vez a la semana puede sostener una conversación con sus integrantes.
“Hay una estadística que quiero decirla para que la tomen en cuenta. Cuando una familia no tiene tiempo ni de comer juntos una vez a la semana, fíjate que no digo todos los días, sino una vez a la semana, a conversar, a una sobremesa, a platicar, la cosa va mal. Si una familia no puede comer junta ni una vez por semana, tiene el ochenta por ciento de probabilidades de tener un hijo drogadicto, alcohólico o delincuente.
En la entrevista con este medio, afirmó, además, que la Iglesia no está preparada para un Papa servidor y que ello constituye un gran desafío.
“Hay que orar mucho porque la Iglesia no está preparada para un Papa servidor. Todo el mundo miraba a la Iglesia como una estructura Piramidal: de arriba hacia abajo. El Papa le dio vuelta a la pirámide: es de abajo para arriba”.
Lea la entrevista completa en la próxima edición impresa de El Jornal a partir del 3 de septiembre.
