(MARTES 08 DE NOVIEMBRE 2022-EL JORNAL). Mañana será el partido de despedida de la Selección Nacional antes del Mundial de Catar y, una vez más, el aficionado, fiel a la causa, acudirá para dar su apoyo incondicional, pese a que no siempre se le trata bien.
Recuerdo los $200 que costaron las entradas para el partido contra México, con base en la premisa de que podían entrar muy pocos, dadas las condiciones de la pandemia.
Luego la propia Federación Costarricense de Fútbol rectificó y admitió, de soslayo, que había sido un error cobrar esos precios.
Ahora se le presentará a los hinchas ticos un partido contra una Nigeria que, de acuerdo con algunas informaciones, no es el equipo estelar. ¿Se informó sobre qué Nigeria vendría al país?
Creo que se juega, a menudo, con la nobleza de nuestra afición, que en las buenas, y en las muy malas, como suele decir la sabiduría popular, siempre ha estado al pie de la montaña para respaldar al equipo Tricolor.
La fiesta no siempre debe favorecer a los organizacores. Por una vez en la vida que el aficionado vea que se le quiere, que se cuida, y que su presencia en las gradas es mucho más que decorativa.
El fútbol es de la gente y por ella tiene sentido. Así que ya es hora de que para futuros partidos se le brinde a los seguidores del equipo nacional un mejor trato. Un trato especial, porque el aficionado que va en bus, que paga su entrada y que además gasta un extra en alimentación, tiene que hacer grandes sacrificios para ondear en el estadio la bandera nacional.
No estaría de más que se le ponga en el centro de la escena y se le respete como se lo merece, porque en verdad, la afición es el jugador número doce y como ha quedado demostrado: nunca falla.
