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Que se casen los sacerdotes

ENTRE PARÉNTESIS

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José Eduardo Mora*

(SAN JOSÉ, 27 DE MAYO, 2014-EL JORNAL). El Papa Francisco anda dejando puertas abiertas por el mundo, como si con ello  previniera un tsunami en la Iglesia que preside y que desde hace 2000 años predica, con sus hechos, la marginación de la mujer y le pide a sus sacerdotes que vivan fueran de la realidad, que hagan del celibato una razón y un principio, y el mayor logro con esa política es una suerte de escándalo prolongado de pederastas que viven en las sombras y que llevan dolor y desencuentro a la familia cristiana.

De regreso de su osado viaje a Israel, en ese afán aplaudible de encontrar un camino tantas veces andado y desandado por la Paz en Oriente Medio, Francisco le dijo a los periodistas que  el celibato, “al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta”.

Las reacciones no se harán esperar en el ala conservadora que aboga porque los sacerdotes no se puedan casar ni tener hijos.

No obstante, con este Papa, quizá el milagro de humanizar a los mensajeros de Cristo se haga posible, y tal es su apertura que un puñado de atrevidas mujeres le enviaron una carta en la que le cuentan que “aman a sacerdotes” y que ello les produce dolor y pecado.

La imagen del Papa que escucha cobra valor en esta carta, porque hasta hace un año era impensable que se la enviaran a Benedicto XVI y más impensable que se la hubieran enviado a Juan Pablo II.

Bergoglio, un hombre que caminó por las chabolas de Buenos Aires, que sabe, como Pepe Mujica, que el mundo es ancho y ajeno, y reconoce que la raza humana necesita hoy, más que nunca, de nuevos paradigmas, nuevos desafíos, nuevas revoluciones del espíritu y abrir la puerta para acabar con el celibato puede representar, en sí misma, una revolución en esa Iglesia de Católica, que hoy, tras la vuelta de 20 siglos, parece desgastada y de espaldas a muchos feligreses que esperan la redención y la comprensión para enlistarse en sus filas y salir a evangelizar el mundo.

 *El autor es director de EL JORNAL y Máster en Literatura.

 

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