(LUNES 16 DE NOVIEMBRE, 2020-EL JORNAL). Cuenta la anécdota que la actriz Haydée de Lev, muy emocionada, por una transmisión que hacía Canal 13 en sus comienzos del espacio Somos como somos, llamó a Beto Cañas para contarle del programa, que a ella le había gustado, porque para entonces los temas locales de folclor y de cultura estaban ausentes en la pantalla chica nacional.
Tras un largo silencio al otro lado de la línea telefónica, Beto Cañas, con ese carisma y esa voz inconfundible, dijo: “Haydée, por eso estamos como estamos”.
Sábado 5 p.m. Estadio Ebal Rodríguez. Santos-Limón. Un partido trascendente para ambos equipos. Para los guapileños porque una victoria les daba un respiro en la parte baja de la clasificación. Para los limonenses era la oportunidad de meter presión en el grupo B para tratar de arrebatarle el cupo al campeón nacional.
El clima benevolente, con lluvia pero sin la fuerza para influir en el juego. La cancha, artificial, en buen estado. Todo listo para un juego de poder a poder. Y entonces es cuando la afirmación de Beto Cañas cobra fuerza.
Nada de nada. Juego de mediocampo. Imprecisiones por doquier. Escasísimas situaciones de gol. Cero riesgos. Fútbol insulso de ambos. Más de Limón que de Santos. A Santos le sobran carencias. Limón estaba llamado a emular por un instante su eslogan: La tromba del Caribe.
Ni tromba ni nada. Dejar hacer, dejar pasar, parece haber dicho el equipo de Luis Fernando Fallas, quien al final del encuentro soltó la perla de la tarde-noche: “Los muchachos hicieron lo que se les pidió. A mí me pareció el partido perfecto”.
Limón hizo “el partido perfecto”. Don Beto en el más allá habrá tenido un nuevo disgusto, aunque lo suyo no era exactamente el fútbol.
Muchas veces nos preguntamos por qué tenemos una Selección Nacional que es una incógnita, pero si del campeonato local no salta la chispa, un fútbol atrevido que le permita a los jugadores mostrar su verdadero talento, es muy difícil que luego la magia surja del aire.
Es la realidad de nuestro querido campeonato. Un torneo en el que las pizarras agrandan las limitaciones. En el que se se sigue hablando de esquemas cuando en el mundo ya se habla de ideas. Al menos eso piensa Guardiola, que tras pasar por el Barcelona, el Bayern Múnich y ahora en el Manchester City algo tendrá que decir al respecto.
Mientras prevalezca el fútbol escrito en “no”, nuestro campeonato ofrecerá poco y tendremos un horizonte nublado en el fútbol internacional. Ese fútbol escrito en “no”, invoca al “no gol’, al “no riesgo”, al “no triunfo”. Por eso “estamos como estamos”, don Beto.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.
