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Pesadilla en La Cueva

(MIÉRCOLES 02 DE OCTUBRE, 2024-EL JORNAL). La debacle morada tiene un primer responsable: Vladimir Quesada. Pero cuidado, por encima de Quesada está la dirigencia –con Juan Carlos Rojas a la cabeza–, que hasta el momento en que se escribe esta columna, se ha desaparecido como por arte de magia tras el 3-0 frente a Antigua.

Quesada se equivocó en el planteamiento y en el manejo del partido. Se vio con detalle anoche en el estadio Saprissa, pero la dirigencia, luego del 0 a 0 en Guatemala calló y no dijo nada, cuando debió dar, en ese momento, un tirón de orejas a la planilla.

Por eso, quedarse con la imagen de Quesada, saliendo escoltado por la seguridad privada, ante los insultos de su propia afición, es ver solo una parte de la triste realidad del Saprissa, porque, como decía el escritor Ernest Hemingway, lo que realmente cuenta es lo que está debajo del iceberg. Ayer el barco morado se hundió 3000 metros bajo el agua.

Y debajo del iceberg morado está la dirigencia, que frente a los signos de agotamiento que ha dado el plantel, con jugadores en muy baja forma, han dejado todo en manos del técnico.

Y aunque los tres torneos que ha ganado de manera consecutiva le dan respaldo y mérito, Quesada a lo largo, incluso de esos certámenes, ya ha mostrado dificultades para cambiar sobre la marcha la historia de un juego y en ciertos apartados es muy esquemático y poco práctico.

Los dirigentes se quedaron con la fotografía del éxito y no han profundizado en una planilla en la que jugadores como Luis Díaz, Fidel Escobar Yoserth Hernández, Cliver Gómez, Ulises Segura y el propi Mariano Torres, quien recién regresa de una sanción y una lesión, no están a la altura de las circunstancias actuales.

La pesadilla en La Cueva, entonces, no solo es responsabilidad de Quesada, quien es el primer señalado y con razón, pero la mirada y la cámara tienen que moverse al palco dirigencial, donde han sido incompetentes a la hora de adelantarse a posibles realidades que les han estallado de manera evidente, y ahora no saben qué hacer y por segundo año consecutivo el equipo se ha hundido en la Copa Centroamericana.

 

Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL

 

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