Rafael A. Ugalde Quirós.
(SAN JOSÉ, 24 MARZO, 2014). La columna vertebral del quehacer del periodista no es solo repetir como loro lo que piensan otros, sino escarbar, a fin de que la verdad salga a flote.
El periodista es un filósofo que constantemente busca respuestas a las cosas que observa y las que no parecen tan visibles, como en el mito de las cavernas de Platón.
Pero cuando el periodista pierde este norte es porque desprecia la verdad y entiende y acepta que todo su quehacer queda en la basura.
Hacerle creer a la gente que la selección femenina sub 17 de fútbol iba más allá de comparsa en el presente campeonato mundial, es tratar de incauto a miles de bien intencionados aficionados.
En el choque inaugural frente a Venezuela (3-0) estas muchachas padecieron los mismos defectos – haciendo dos o tres excepciones- que muestran los profesionales de Primera División.
Jugadoras que no saben concluir la jugada final, ingenuidad en relación con el tiempo y espacio que reclama el fútbol moderno y muchachas sin la menor noción del juego sin balón.
Un biotipo de jugadora – propia solo del Valle Central- sin mayor capacidad frente adversarias de mayor físico, y algunas de ellas sin técnica que, generalmente, tiene el jugador de baja estatura y físico menudo.
La Federación de fútbol sigue creyendo que el balompié nacional es el de las provincias centrales del país y que hoy este deporte basta jugarlo a “corazón partido” para obtener resultados aceptables.
Colegas, no se trata de engrandecer al fracaso o sobre dimensionar un lindo campeonato mundial; es más bien de pedir cuentas a dirigentes y entrenadores de lo que somos en ligas menores. En fin: de acercarnos a la verdad sin taparla con falsas expectativas
Periodista, abogado y notario UCR.