Por F. S.
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 26 DE ENERO, 2017-EL JORNAL). Para mí es un gran placer, hacer acopio de las ideas de un compañero del grupo en el que he participado desde hace un año aproximadamente, aunque mi trayectoria es mucho más antigua dentro de la comunidad de Alcohólicos Anónimos (AA). Y cuando las ideas que me propone la gente buena de este grupo, son coherentes con mi forma de pensar, sería una torpeza de mi parte no generar acciones al respecto.
Ahora bien, estas ideas son el producto de un proceso que inicia, pero no acaba, ya que está sustentado en un programa o rutina de principios de índole espiritual, que, sumados a la experiencia adquirida en el sufrimiento de una vida anterior, hace imperativa la más rigurosa honestidad consigo mismo. Requisito este que es fundamental para dar los pasos sugeridos a cada miembro del grupo, si es que quiere hacer progresos sustanciales en su vida.
¿A qué progresos nos referimos?
A los que se desprenden de las reflexiones hechas sobre las profundas enseñanzas que aportan los Doce Pasos diseñados por Alcohólicos Anónimos desde 1939 y cuyo texto completo se publicó en 1945, y que forman parte del programa de recuperación de la enfermedad del alcoholismo.
Los otros dos grandes grupos que conforman el trípode de dicho programa son Las Doce Tradiciones y Los Doce Conceptos, formándose así un banco de tres patas que sostiene la vida feliz y útil que desde el primer paso ofrece Alcohólicos Anónimos a quien busca el sendero de la sobriedad sin fin.
Ahora bien, estas enseñanzas se adquieren de labios de quienes llegaron antes y las han aprendido de sus padrinos, un miembro ducho en tales principios y que con su experiencia y ejemplo son guía de aquellas personas de recién ingreso, ya que este mal, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una terrible enfermedad, no se puede vencer aislado de los demás enfermos.
Por otra parte, existe un bagaje de literatura propia de Alcohólicos Anónimos que contiene los conocimientos nacidos de la experiencia de muchos hombres y muchas mujeres que antes sufrieron los embates de esta enfermedad y después narraron lo que antes eran, lo que les sucedió y cómo son ahora.
Personas dignas, útiles y felices en la sociedad, personas que por su participación en el grupo hacen posible la recuperación de ellos mismos y la de sus compañeros y compañeras, porque dando es como se recibe.
En la actualidad, AA es una comunidad de hombres y mujeres de todas las edades, esparcidos en casi todos los países y sus miembros se pueden considerar por millares. Quienes formamos parte de esta colectividad, hemos aprendido que el alcoholismo es una enfermedad incurable, progresiva y de fatales consecuencias. Muchos de nosotros habíamos ensayado otro tipo de métodos para dejar de beber y nunca lo logramos.
Llegamos al convencimiento de que padecemos una enfermedad, y la alternativa que nos ha ofrecido A.A. nos ha dado el resultado apetecido. Así mismo, hemos aprendido que solos nunca pudimos dejar de beber.
Alcohólicos Anónimos nació el 10 de junio de 1935, en Akron, Ohio, con el encuentro de dos alcohólicos, Bill W. y el doctor Bob. El primero tenía un periodo breve de sobriedad y el segundo en esa fecha apuró su última copa.
Los antecedentes de este encuentro están plasmados en la historia de AA.