PAJAREANDO
Adilio Zeledón*
(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 08 DE MAYO, 2016-EL JORNAL). Estos fines de semana, que tuvimos la oportunidad de “Pajarear” en los pueblos que rodean la Finca Bosques del Cornelio, nos pudimos deleitar de la grandeza de la fauna que en allí se encuentra, en este caso en Quebrada Bonita de Zoncuano, 30 kilómetros al suroeste de San Ignacio de Acosta.
Nos llamó mucho la atención una en especial, la Oropéndola de Cabeza Castaña (Psarocolius wagleri), de la familia de los Ictéridos (de pico cónico y colores variados), ya que, en la zona de Acosta, solo se ha observado en esa zona. Esta Oropéndola es una de las tres especies que habitan en Costa Rica y junto con la Oropéndola de Montezuma (Psarocoluis montezuma), la más grande de ellas, y se encuentran en Acosta.
De color café oscuro, pico blanco y cola amarillo. Hacen una colonia de nidos en forma de bolsas, que cuelgan sobre un solo árbol alto y solitario, cerca del borde del bosque. Se alimenta de insectos, lagartijas y ranas, pero principalmente de flores y frutas*.
Lo curioso y lo que más nos llamó la atención de estas aves, es que defienden el territorio donde cuelgan los nidos, ahuyentan otras especies de aves que buscan perchar en el árbol que utilizan como maternidad.
Cuando nos tratamos de acercar para tomar unas fotos, estas se nos venían encima, sobre nuestras cabezas, haciendo ruidos y tratando de picarnos. Sobre el árbol colgaban aproximadamente 40 nidos. Otras Oropéndolas permanecían entre las ramas del árbol dando sonidos parecidos a los que se escuchan cuando cae una piedra pequeña o semilla en una poza de agua.
Los bosques que se encuentran en esta zona, son de gran esplendor y la fauna que en ellos habita es la más rica de Acosta y, por lo tanto, debemos estar orgullosos y comprometidos a cuidar.
