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Nos falta peso político

 

Entre Pueblos 

(SAN JOSÉ, 10 DE JULIO, 2013). Dos hechos ocurridos el pasado mes de junio ponen sobre el tapete que la Región Caraigres representa muy poca cosa para las autoridades del gobierno del país, por no decir que no representa nada.

Primero fueron los vecinos de Frailes, Santa Elena, Loma Larga y San Juan quienes se vieron obligados a salir a la calle porque el Conavi había levantado la capa asfáltica en varios tramos de la carretera y que por cierto no estaba tan mala, pero luego  se fueron dejando el camino mil veces peor de como estaba antes.

El otro caso tiene que ver con la visita que autoridades políticas locales y empresarios de la ruta a Sabanillas y Bijagual hicieron, una vez más, al Ministerio de Transportes para presionar o por lo menos averiguar cómo van los avances a nivel administrativo de la construcción de la carretera a Sabanillas. Ignoro si a esta visita fue invitado El Jornal y si estuvo presente, en todo caso debió estarlo con o sin invitación.

Para el primer caso una alta funcionaria del Conavi expresó que para un noticiero nacional que los interpeló sobre el tema “que tenían conocimiento del malestar de los vecinos por lo que dentro de cuatro días les enviarían la maquinaria a colocar el material de la base para acto seguido poner la capa asfáltica”.

En el segundo caso los resultados fueron más desconcertantes todavía, pues aparte de que los atendieron casi a la brava pues el señor Ministro tenía cosas más importantes que hacer, lo que el Ministerio  tenía para esta región era un “ripiado” de esos que duran tres aguaceros y que cuestan una millonada por las irregularidades administrativas que median en su ejecución.

 Lo relevante de la cita fue el enojo  con que reaccionaron dos empresarios usuarios de la ruta a Sabanillas y el emplazamiento que le hicieron a la funcionaria que los atendió para que haga una visita en bus a Sabanillas. Quizá así, entienda por qué la región necesita mejor carretera.

Lo trágico para estas comunidades, tanto las de Frailes como las de Sabanillas, es que por su ubicación en el mapa no representan ninguna amenaza para las entidades obligadas a atender sus necesidades.

Son comunidades muy dispersas que bien se pueden pasar una semana entera al sol y al agua gritando consignas y zapateando rabietas que nadie se va a enterar de que existen. A esto hay que agregar sus falencias organizacionales y de interlocutores políticos comprometidos por lo menos en las proporciones que las necesidades requieren.

De igual forma que la amañada concesión a la carretera hacia San Ramón provocó la constitución del Foro de Occidente, bien haríamos en ir pensando en un Foro de Caraigres. Lástima que no se cuente con unidad espacial en estas comunidades como para pensar en ello con seriedad. Entre tanto, seguiremos llevando palo.

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