(JUEVES 01 DE DICIEMBRE 2022-EL JORNAL). El partido entre Costa Rica y Alemania evidenció tramos en los que se soñó con clasificar, pero no hay que llamarse a engaño. Estamos lejos del primer mundo del fútbol. Lejos, muy lejos.
Y si a esa lejanía se le agrega que en el banquillo hay un técnico que comete errores con frecuencia, como el magno desastre ante España, las aspiraciones de la Selección de pasar a la segunda eran casi remotas
No hay que llamarse a engaño, el técnico Luis Fernando Suárez, después del 7 a 0 debe dejar la dirección de la Selección. Cualquier entrenador en otro lugar del mundo que haya sufrido semejante debacle, ni siquiera se hubiera sentado en el segundo y tercer partido.
Es cierto que los males del fútbol de Costa Rica, como la falta de intensidad, las falencias técnicas y la necesidad de interiorizar más la táctica y la estrategia, no las puede corregir nadie de la noche a la mañana, pero con el grupo de jugadores que asistió a Qatar 2022 se hubiera realizado una mejor presentación.
Se nos vendió la idea de que se había dado un cambio generacional y los jóvenes apenas si tuvieron participación. Y quedó demostrado que si ante España se hubiera salido con un plan de juego, se hubiera competido mejor en ese encuentro.
El gran responsable de todo ello es el señor Suárez, que por lo hecho no merece tener el privilegio de dirigir a la Selección Nacional, que es el símbolo de todo un país.
No basta con haber jugado bien unos minutos contra Alemania y de haber hecho un cierre –segundo tiempo—digno. Igual sucede con el triunfo ante Japón.
Al fin, las cuentas no dan, y Suárez no puede regresar tan campante como si nada hubiera sucedido.
El que quiera llamarse a engaño, que lo haga. Los hechos no mienten. Suárez debe dejar la Selección Nacional.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y en EL JORNAL
