(LUNES 08 DE ENERO-2024-EL JORNAL). El mercado de fichajes que ha precedido al torneo de Clausura que se avecina deja una vez más en evidencia a los clubes nacionales, que contratan sin ton ni son, y no producto de una planificación que responda a las verdaderas necesidades de los equipos.
Cuando se analizan los movimientos, no se entiende muy bien. Por ejemplo, Alajuelense saca a uno de sus mejores defensores, pese a la edad, como era Giancarlo el Pipo González para traerse al canadiense Manjrekar James, en una transacción que deja ver que en el conjunto manudo no tienen claras las cosas.
Y muchos equipos, como Pérez Zeledón han tenido un desfile amplio de entradas y salidas, y de nuevo, de lejos se nota que ese afán de renovación no se hace a la luz de las verdaderas necesidades, que en este caso eran muchas, sino más bien de acuerdo con lo que queda libre en el mercado.
Si comparamos el Clausura con lo que pasa en Europa, donde actualmente están en el denominado mercado de invierno, vemos que la mayoría de clubes del viejo continente a penas si retocan sus planillas.
Aquí es todo lo contrario. Salen cinco. Entran seis, pero como si la cantidad fuera suficiente para que se opere el milagro. El problema viene de raíz: las planillas se arman con base en nombres y muchas veces alrededor de falsas expectativas, y no a partir de la idea que maneja el entrenador.
¿Qué equipo quiero? ¿Qué presupuesto tengo? Estas son dos preguntas claras y sencillas, pero que muchas veces no se hacen ni los equipos pequeños ni los grandes. El que mejor ha procedido en este mercado es el Saprissa, que busca llenar vacíos evidentes en su estructura, como la falta de un buen lateral izquierdo, donde han tenido que improvisar todo el tiempo a Jefry Valverde.
En fin, que lejos de realizar contrataciones inteligentes, lo que han hecho los equipos es tratar de armar un rompecabezas imposible.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL