(JUEVES 05 DE DICIEMBRE, 2024-EL JORNAL). La Copa Centroamericana que Alajuelense le arrebató al Real Estelí tiene un valor más allá de un título: le da credibilidad y respaldo a todo el trabajo que viene realizando Alexandre Guimaraes y sus jugadores.
De cara a la semifinal del próximo domingo ante Herediano, el juego de noche en el Morera Soto tenía esa doble connotación: la obtención de un cetro y el llegar al Carlos Alvarado sin los fantasmas rojinegros, que suelen aparecer en diciembre desde hace diez años.
Ahora, dice la Liga con el triunfo, la situación es distinta, porque hay otra mentalidad, otro cuerpo técnico y un significativo grupo de futbolistas que tienen aspiraciones diferentes.
Aunque a los saprissistas les duela la victoria de Alajuelense, en general, para el fútbol costarricense es positivio el triunfo, en la medida en que el mensaje sea: si usted hace las cosas bien, los resultados, tarde o temprano, llegarán.
De ahí que el encuentro de ayer era una trampa peligrosa para los manudos, que de haber perdido llegarían a las semifinales con la moral por el piso. Salvaron ese escollo y ahora se perfilan como los grandes favoritos para ganar, después de diez años, el campeonato nacional.
Alajuelense, excepto los tres últimos minutos, dado el gol de Harold Medina, a los 87′ y que puso en peligro la serie, manejó la contienda como debe de hacerse en estas instancias; con una estrategia que contempla todos los elementos directos e indirectos del juego.
La Liga logró, en definitiva, más que un título la noche de ayer. La victoria es un premio al buen hacer de la institución rojinegra.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
