(MARTES 20 DE FEBRERO-2024-EL JORNAL). No debe pasarse por alto, pese a las disculpas, el ridículo que hizo Josimar Arias al insultar y amenazar al árbitro de Herediano-Guanacasteca, David Gómez.
Si la Asociación Deportiva Guanacasteca quisiera comportarse a la altura, tendría, de inmediato, que tomar medidas contra el comportamiento de su gerente deportivo.
De paso queda, una vez más, claro que en Costa Rica a cualquiera nombran gerente deportivo, tenga o no formación para ello.
Con lo de las gerencias deportivas sucede lo mismo que con los periodistas después de que la Sala IV se trajo abajo la obligatariedad de estudiar y prepararse para ejercer esta profesión, para lo cual en el pasado se requería solo una bicicleta y ahora basta con un teléfono celular.
Las gerencias deportivas en Costa Rica, con las excepciones del caso, en especial Alajuelense y Saprissa recientemente, se dejan en cualquiera que por alguna razón tenga contactos e influencias dentro de un club y zaz, al día siguiente Perico Los Palotes es nombrado gerente deportivo, sin tener la más mínima idea de qué va su labor, a qué código de ética se ha de aferrar y cómo se proyecta y se mejora una institución deportiva.
Esta es una situación dramática, que se enlaza con e enorme obstáculo de que los dirigentes son más aficionados que verdaderos gestores, lo cual redunda en que el fútbol prevalecen más las opiniones que el raciocinio al momento en que se toman las decisiones diarias y las trascendentales.
Lo sucedido el domingo pasado con el gerente de Guanacasteca es el mejor ejemplo de cómo no puede actuar una persona que tiene tan importante reprsentación. Se puede hacer el ridículo de mil maneras, pero la escogida por Josimar Arias fue la forma excelsa, en sentido inverso, claro está.
Y en el fondo lo que retrata esa situación es que en Costa Rica cualquiera es gerente deportivo y eso se nota en la manera deficiente en que se conciben las pretemporadas, se escoge a los jugadores, a los entrenadores, y en las proyecciones y trabajos que se hacen en ligas menores.
Mientras no haya personas preparadas y capaces, que no es lo mismo pero es igual, como diría el cantautor Silvio Rodríguez, tendremos equipos que se codean con los de canchas abiertas, y solo se distinguen de ellos en el presupuesto que manejan.
En Primera División han diseñado un perfecto manual de cómo destruir una profesión: la de gerente deportivo.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL