“…Una gavilla de advenedizos, escoria de todos los pueblos, condenados por la justicia de la Unión americana, no encontrando ya donde hoy están con qué saciar su voracidad, proyectan invadir a Costa Rica para buscar en nuestras esposas e hijas, en nuestras casas y haciendas, goces a sus feroces pasiones, alimento a su desenfrenada codicia…” Juan Rafael Mora, 1era Proclama, a sus 163 años de su asesinato en Puntarenas.
(LUNES 11 DE SEPTIEMBRE-EL JORNAL).Por el 30 de septiembre, los nuevos Montealegres, Aguilares, Castros, Toledos, Iglesias, Tinocos, Volios, y un gran etcétera – ahora usted puede verlos controlando bancos y nombrando sus peonadas en la Asamblea Legislativa, ministerios y partidos políticos, entre otros- cuánto darían porque esa fecha dejara de existir en el calendario gregoriano para esta y las futuras generaciones.
Son los mismos a quienes la generala Laura J. Richardson, comandante del Comando Sur de los Estado s Unidos, vestida impecablemente como lo hacía su coterráneo William Walker, 167 años atrás, les cae por sorpresa y sin mayores protocolos, nos dice con quién negociar, porque mis amigos son sus amigos y mis enemigos los de ustedes.
Su “contentera” es indescriptible si además la visita viene acompañada de una orden del “Jefe” para que 24 horas después vaya a visitarlo y sepan todos, a partir de ahora, qué deben hacer y cómo decorar la parcela correspondiente en su patio trasero.
Allí están en la Asamblea Legislativa, ministerios e instituciones públicas. No chistan mucho cuando son “órdenes superiores”. Son los mismos que se apuraron en desaparecer de millones de mentes el árbol de Jobo en el parque del puerto de Puntarenas , sobre el cual recostaron a Juan Rafael Mora y al general José María Cañas, aquel 30 de septiembre, hace 163.
Darían la vida porque no existiera el 30 de septiembre. Porque la historia no los tuviera como expertos maestros del sicariato moderno, ni los primeros vende patria debidamente autorizados para negociar ferrocarriles, puertos, carreteras, espectro electromagnético, tecnología de quinta generación (5G), etc.
Reconózcalos para cuando lleguen a pedir su voto. Son los mismos descarados; son quienes nos han dejado sin patria y siguen cobrando a Mora y Cañas, después de su asesinato el 30 de septiembre de 1860, por haberse rebelado en 1856 para que William Walker fuera el “jefe” supremo suyo y mío.
Los verá hablando contra la pobreza, la corrupción, la inseguridad ciudadana, el estado de las calles, las escuelas cayéndose, las filas en la Caja, la Ciudad Estado, etc.; pero no les tiembla la mano para que las siete empresas más grandes del país no paguen ¢21.000 millones de impuestos y sigan enviando sus ganancias a los paraísos fiscales, el 2% de los más ricos pague menos de marchamo por sus carros de lujo y la seguridad social pase a ser el negocio del siglo.
¡Reconózcalos!