(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 04 DE NOVIEMBRE, 2017-EL JORNAL). Son un arte depurado de la naturaleza. Un arte en miniatura. Como si una mano maestra los tallara para asombro de la humanidad. Entre las flores se escucha su batir de alas mientras se procuran su alimento. Los colibríes son verdaderas gemas de oro puro en el vasto ámbito de las especies de aves que en el mundo son.
Los colibríes, son una de las familias de aves más numerosas de nuestro país, los podemos encontrar en todos los niveles de altura geográfica.
Son muy importantes para el ecosistema, ya que, por su dieta de néctar, extraído de las flores, sirven de polinizadores, al transportar el polen de flor en flor.
Son pequeños, pero difieren de tamaño entre sí según su hábitat. Algunos sus colores son llamativos e iridiscentes. Picos rectos, semicurvos o muy curvos, el cual se ha adaptado a las flores de donde toman su alimento.
Su agilidad en vuelo les permite permanecer fijos sobre un punto, mientras extraen el néctar de las flores, el cual es su principal alimento, pero también consumen algunas arañas e insectos pequeños.
Se les conoce como: ermitaños, chispitas, esmeraldas, gemas, coquetas o manguitos, dependiendo de su físico, pero en popularmente se les conoce como “Gorriones”.
“Pajareando”, en las zonas altas de la región, adentrados en el bosque, ubicamos un área abierta, con arbustos y bromelias, en él escuchábamos un sonido fino, incesante y chillón. Cuidadosamente, enfocamos en varias direcciones, logrando ubicar sobre una ramita una “Gema de montaña”.
El Colibrí Montañés (Lampornis castaneoventris) es una gema de nuestros bosques. Su color verde oscuro, con morado y azul todo el cuerpo, sobre su garganta una mancha blanca, igual que una línea que sale de sus ojos hacia el cuello. Esta gema de nuestros bosques se encuentra solamente en la Cordillera de Talamanca, entre los robledales, y es una especie de gran importancia para su conservación.
TALLER DE LITERATURA ESTE 11 DE NOVIEMBRE
*El autor impulsa y desarrolla el turismo ornitológico.