(MIÉRCOLES 19 DE ABRIL 2023-EL JORNAL). En el fútbol y en la vida llegan los partidos grandes y no todos levantan la mano ni dan la talla. Es la realidad que se percibe en el campo y fuera de él.
En los momentos cruciales, cuando hay que dar el paso para quemar el mesón, muchos hacen lo contrario y dan un paso al costado, para recordar aquella frase que hiciera popular en Costa Rica Francisco El Pacho Maturana.
Estamos en un momento crucial de la temporada y no todos los equipos se ajustan a las exigencias. Les traiciona el subconsciente. El primero de ellos es Sporting, que frente a San Carlos y Santos dejó valiosísimos puntos.
El Cartaginés contra un Saprissa diezmado hizo algo peor: renunciar al ataque para manteer un 1 a 0 que era justamente eso: un resultado muy corto y pagó con oro puro esa falta de osadía.
Los que sí mantienen esa línea son Saprissa y Herediano, que cuando tenían que achicarse reaccionaron con esa casta de campeón.
De modo que al entrar en la recta final del campeonato estamos avizorando cuáles equipos tienen ese ADN ganador contra viento y marea, y cuáles sacan la calculadora para medir sus números cuando la situación de manda actuar.
A la hora grande, crucial, determinante, muchos, como cuando vienen la tanda de los penaltis, se vuelven invisibles hasta que pase la tormenta.
Es la hora de los partidos grandes y en el ambiente resuenan aquellas palabras bíblicas: son muchos los llamados, pero pocos los escogidos.