Ensayo periodístico*
(SÁBADO 01 DE JULIO 2023-EL JORNAL). El 10 de junio de 1935 es uno de los días más extraordinarios en la historia del alcoholismo moderno. Ese día, un alcohólico crónico, médico de profesión, y que estaba casi en la ruina moral y económica, guiado por un antiguo corredor de bolsa, tomó la determinación de decir basta y dejar para siempre la ingesta de alcohol, que lo mantuvo durante media vida al borde del colapso y que lo llevó a creer que lo suyo era un caso perdido.
Su esposa Anne Ripley Smith fue la única que en ningún momento perdió la esperanza, pero el propio doctor Bob, cuyo nombre real era Robert Smith, consideraba que ya su vida estaba consumida y destruida por el alcoholismo.
El encuentro providencial de Bill Wilson (Bill W) y el doctor Bob fue el que pondría las bases de ese movimiento que más tarde se conocería como Alcohólicos Anónimos (AA).
Alcohólicos Anónimos, que tuvo su punto de inicio de Akron, Ohio, y que luego se extendió a las principales ciudades estadounidenses y más tarde a buena parte del planeta, es una organización atípica entre las muchas que hay en el mundo.
Sus miembros no tienen que pagar cuotas por pertenecer a la organización. En realidad no existen reglas para ser un miembro de AA, excepto el deseo de querer dejar de beber, lo que se recoge en la tercera tradición que dice: “El único requisito para ser miembro de AA es querer dejar de beber”.
Después de ello, nadie puede obligar a los integrantes a nada más. Nadie puede ser obligado a asistir a las reuniones. Y el que asista puede permanecer callado, sin decir una palabra en años, y nadie tiene la autoridad para obligarlo si quiera a decir hola.
AA, de igual manera, no recibe fondos de ninguna organización privada o estatal. Y esto desde los primeros tiempos, entonces, cómo opera esta pandilla de locos que un día decidieron dar un giro en sus vidas y dejar de beber para siempre, aunque en buena lid este término no se usa, porque en vez de para siempre, en AA se tiene el lema de que un día a la vez es suficiente para comenzar la encarnizada lucha interior por superar el alcoholismo.
La frase “solo por hoy” es muy conocida entre quienes asisten con regularidad a las reuniones de AA, que se realizan a diario en miles de ciudades en el mundo en los más diversos horarios e idiomas.
La grandeza de Alcohólicos Anónimos no solo es que es solvente por las cuotas que puedan aportar sus miembros para mantener los grupos abiertos, sino que ha producido auténticos milagros, los cuales no se publicitan en ningún medio de comunicación, porque uno de los principios más sólidos de AA se basa en el anonimato.
EL MUNDO AL REVÉS
¿Cómo, entonces, una organización que tiene prohibido recibir fondos, no acepta premios, no promociona a sus miembros, y no obliga a nada, ha logrado triunfar y hacer que su método, basado en los 12 pasos, sea hoy utilizado por decenas y decenas de agrupaciones en el mundo que los ha adaptado a sus distintas problemáticas?
La respuesta sencilla es que es un misterio, y tiene algo de ello, pero en verdad, la existencia de los 12 pasos, las 12 tradiciones, más los 12 principios, son la piedra angular de un programa que cuenta en la actualidad con más de dos millones de integrantes en el orbe.
A través de los 12 pasos, AA apuesta por un cambio paulatino en la mentalidad del alcohólico, que al principio lo único que tiene que hacer es asistir a las reuniones si lo considera necesario y mantenerse abstemio. A partir de ahí, los testimonios de sus compañeros y la lectura atenta de los 12 pasos llevan al nuevo integrante a desarrollar una conciencia de que lo que en realidad padece es una enfermedad: la enfermedad del alcoholismo, así reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1963.
La propia OMS estima que 3,5 millones de muertes en el mundo cada año se producen de forma directa por causas del alcohol.
Cada 15 de noviembre se celebra el Día Mundial sin Alcohol, como una medida para visibilizar el problema, aunque esta fecha todavía no ha calado en los distintos estratos de la sociedad.
AA ha hecho que personas que estaban desahuciadas por el consumo del alcohol o las drogas o por ambas, hayan retornado de forma paulatina a una vida con propósitos, metas y objetivos, y con una luz de esperanza para ellas en primer lugar y para el entorno que les rodea.
Ese es otro de los desafíos que muchas veces las sociedades modernas no llegan a comprender y son los estragos que produce el alcohólico en su familia, en su trabajo y en su comunidad. Donde haya un alcohólico activo, habrá una fuente infinita de problemas.
Los casos que llegan a AA muchas veces son aquellos que denominan sin remedio, pero conforme pasan los días y los meses, si el alcohólico anónimo sigue con atención lo que le sugieren los pasos, verá entrar una tenue luz en sus vidas hasta convertirse en una explosión de tal magnitud, que muchas veces ni las mismas personas se reconocen al cabo de los años.
Los milagros de AA son reales y quienes los han experimentado dan fe de que detrás de esas cuatro paredes decoradas con fotografías de los fundadores –el doctor Bob y Bill W—se esconde una magia que pocos son capaces de explicar si no conocen las verdaderas maravillas de que es capaz el programa de AA, que es totalmente gratuito para quien lo necesite.
*El ensayo periodístico es una técnica creada y profundizada por el autor.
Primera de una serie de entregas sobre el alcoholismo y AA