(MIÉRCOLES 17 DE ENERO-2024-EL JORNAL). En el entendido de que la temporada está comenzando, los fantasmas del Cartaginés volvieron, una vez más, a pasearse como Pedro por su casa en el Fello Meza.
Una vez más, y más allá de que Mario García apenas empieza su labor, se vio un equipo que cuando se topa con un adversario que se cierra atrás, no encuentra alternativas para llegar al gol. No basta, como quedó demostrado anoche, con crear opciones. Las alternativas de gol no cuentan en las estadísticas.
Retornaron los fantasmas al Fello Meza porque cuando el Cartaginés necesitó darle vuelta al marcador, volvió a ser el equipo previsible de siempre. La respuesta del banquillo, responsabilidad de García, pero representada por Paolo Jiménez fue, otra vez, tremendamente deficiente.
Kenneth Cerdas, el mejor jugador del Cartaginés para generar pases entre líneas y crear posibilidades de gol para sus compañeros, entró en el minuto 86 y le bastaron dos minutos para dejar de cara al gol a Marcel Hernández.
Jostin Daly, de igual manera, requirió de tres minutos para pegar un remate de espaldas en el horizontal. Hizo más en cinco minutos que Marcel Hernández en los 90.
¿Por qué el cuerpo técnico del Cartaginés no ve estas situaciones que son más que evidentes? ¿Por qué insisten con Carlos Barahona por el costado derecho, cuando por ese sector se equivoca tanto que parece un futbolista aficionado?
Dios mío, si Cartaginés quiere participar en la próxima edición de la American Central Cup alguien tiene que avisarle al cuerpo técnico y a la directiva que por este camino no van a ningún lado.
Lo del juego ante Santos, donde se observaron ciertas mejorías, parece que fue un espejismo.
Los fantasmas del Cartaginés se pasearon de nuevo por el Fello Meza: a ver si algún buen cristiano se anima a ahuyentarlos.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
