(VIERNES 04 DE NOVIEMBRE 2022-EL JORNAL). Está más que claro que al Mundial no van los mejores. Van algunos de los mejores y para quienes duden de ello está la convocatoria de Luis Fernando Suárez, divulgada este jueves 03 de noviembre.
Para empezar, lleva a un portero que no juega. Por más joven que sea Patrick Sequeira, no juega en el Lugo y casi ninguno de los equipos anteriores por donde pasó. Hasta ahora, en 30 años de cubrir al fútbol como fuente, compruebo que un jugador llegue a ser mundialista por el mero hecho de ser joven. ¿Será un capricho de Suárez o es demasiado profundo el tema para explicarlo a la plebe?
A la par está la circunstancia insólita de querer llevar a un jugador que para nuestros efectos fue una gloria moderna, pero que ya no está para la alta competencia. En 2006 Bryan Ruiz no fue al Mundial porque el entrenador de entonces, Alexandre Guimaraes, consideró que no estaba listo. Para Catar 2022 pasa el efecto inverso: ya no puede jugar al fútbol exigente de hoy. ¿Por qué lo lleva? ¿Por capricho?
De capricho en capricho, como diría el bolero, Suárez armó parte de su lista, porque un futbolista como Douglas López, si todavía estuviera en Santos, vería el Mundial por televisión.
Se puede pensar, ingenuamente, que la lista responde a una gran estrategia del técnico pensando en los rivales que tendrá, dado que España tiene un estilo, Japón el suyo y los alemanes son inconfundibles desde 1954. En ese sentido, quizá, se pueda justificar parte del proceder del técnico, pero tampoco me parece que por ahí vayan las coordenadas.
Pero hay muchas contradicciones, si es cierto, como asegura el entrenador, que está pensando en el futuro –lo cual es de por sí una bella falacia para sacarla a pasear los domingos ante la atenta mirada de observadores ingenuos–, no se entiende, desde ningún punto de vista, cómo Aarón Suárez se queda en el CAR.
El mejor jugador de la Liga en el cierre del torneo, hizo una buena gira por Asia, y al final se queda afuera, mientras un futbolista como Brandon Aguilera, que ya tiene su carrera asegurada, se sube al avión tras una temporada ausente.
Hay demasiadas contradicciones, y al final el técnico Suárez tiene razón: es, en gran medida, la Selección de sus caprichos.
