Rafael A. Ugalde Q.*
(SAN JOSÉ, 23 DE AGOSTO, 2013). Dos visionarios latinoamericanos de la talla de Juan Rafael Mora y Augusto César Sandino, uno costarricense y el otro nicaragüense, nunca hubiesen perdido de vista cómo en tiempos de crisis el “enemigo principal de la humanidad” fomenta la guerra y divide a pueblos.
El primero erigido en libertador de este país en la guerra contra el filibustero en 1856 y el segundo líder indiscutible de la resistencia nicaragüense contra la invasión estadounidenses a Nicaragua en la primera mitad siglo XIX. Ambos padres latinoamericanos del no “injerencismo” y la autodeterminación de nuestros pueblos; los dos vilmente asesinados por verdaderos sicarios.
Sí bien es cierto las cíclicas crisis entre Costa Rica y Nicaragua remiten siempre a ganancias políticas internas de sus oligarquías; ello no obsta recordar que el llamado “imperialismo” siempre procura nuevas rutas comerciales, búsqueda de energéticos de toda clase y necesidad de aceitar su industria bélica.
El reciente reclamo del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, para que la Corte de La Haya reconozca la provincia de Guanacaste como territorio nicaragüense no es más que un ejemplo de cómo otros, con razón o sin ella, podrían sacar provecho de las crisis.
La reacción de la mandataria Laura Chinchilla reivindicando la soberanía de la provincia del norte no se hizo esperar y, Ortega, sin proponérselo, da su “ayudita” a una mandataria que a menos de un año para abandonar Zapote, sufre en las encuestas de popularidad una triste realidad.
Chinchilla con justa razón levanta los mismos valores de “soberanía territorial” que vociferó Ortega con respecto a Guanacaste sin que se conozcan las consecuencias del desaguisado político allá y acá.
Según Daniel Ortega, la provincia de Guanacaste fue cedida a Costa Rica «mientras Nicaragua luchaba contra el expansionismo yanqui». Agregó que si el fallo de La Haya, donde piensa llevar el asunto, favorece a su país «eso le permitiría recuperar un inmenso territorio».
Por su parte, la mandataria Laura Chinchilla consideró que las declaraciones de Ortega son «un desprecio difícil de entender y difícil de comprender particularmente por el hecho de que Costa Rica no está haciendo nada para provocar ese tipo de reacciones».
LOS PUEBLOS: SU HISTORIA
Los pueblos de ambos países confluyen en una historia idéntica: son producto de vejaciones, saqueos e invasiones por parte del europeo. En tiempos pasados el llamado partido de Nicoya comprendía las tierras ubicadas entre el río de la Flor y el lago de Nicaragua, al noroeste y al sur de Costa Rica (Golfo de Nicoya, río Tempisque, río Salto y una línea que unía a éste con el inicio del Desaguadero o río San Juan) al este.
Dada la cercanía con pueblos como Puntarenas, Esparza, Bagaces y Cañas la gente del Partido de Nicoya tuvieron mayor identificación con los costarricenses.
En 1821, cuando Centroamérica declaró la independencia política de España, las autoridades nicaragüenses empezaron a tener influencia sobre los nicoyanos. Sin embargo, los problemas internos de la época desembocaron en la solicitud del Partido de Nicoya para anexarse al territorio tico.
En el año 1826 una ley del Congreso Federal Centroamericano autorizaba agregar a Costa Rica la población de Guanacaste (hoy la ciudad blanca de Liberia) que en 1824 había optado por seguir con la idea de pertenecer a Nicaragua, pero que había perdido en votación, quedando totalmente sepultada sus aspiraciones de formar parte de Nicaragua.
Así, en 1835 la jurisdicción del Partido de Nicoya fue organizada como Departamento del Guanacaste por las autoridades costarricenses, con el agregado de la villa de Bagaces, el pueblo de Cañas y la región aledaña a estas dos poblaciones. La villa de Guanacaste (Liberia) fue erigida en ciudad en 1836.
JUGANDO A ESCONDIDAS
Allá, cualquier anuncio de reivindicación territorial o marítima cohesiona a la población nicaragüense en torno a un natural patriotismo revolucionario, dejando al margen problemas internos como el desempleo y la emigración de la población hacia Costa Rica en busca de empleo
Acá, cualquier intento de reivindicar territorio costarricense por parte de Nicaragua, despierta un ultra conservador antisaninismo, a fin de dejar al margen problemas de corrupción, bajos salarios, creciente protestas , aumento del desempleo y sobre dimensionar la “democracia tica”.
Subyace, sin embargo, en ambas naciones cuidados movimientos de alfiles en una especie de juego a escondidas sumamente peligroso para ambos pueblos. Por un lado, el gobierno de Chinchilla requiere con urgencia recobrar cierto grado de credibilidad interna, así como en el plano internacional, en especial en relación con una tradicional sumisión de su política a Washington junto a Colombia, mientras Nicaragua intenta jugar en las grandes ligas de los megaproyectos.
Según un reciente documento, el gobierno de Managua entregó en concesión a la transnacional MKJ para su exploración y explotación petrolera un área de cuatrocientas mil hectáreas (400,000 Ha) equivalente a cuatro mil kilómetros cuadrados (4,000 km2), dividida en bloques colindantes. ( Ver: www.pgr.gob.ni).
Asimismo, un multimillonario negocio en relación con la apertura de un nuevo canal interoceánico en Nicaragua sacudió ya las grandes bolsas en la República Popular China y en Estados Unidos, dadas sus implicaciones financieras, políticas, militares y comerciales.
El pasado 30 de julio el secretario de Comercio de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Walter Bastian, dijo que sus empresarios están interesados en el proyecto del canal interoceánico de Nicaragua ( Ver: Diario La Nación)
A este complejo tinglado se une la oligarquía colombiana que sigue sin reconocer la obtención de nueva soberanía marítima de Nicaragua por mandato de La Haya. Al ejército colombiano y a los sectores más conservadores de esa nación les caería como anillo al dedo un enfrentamiento bélico en la región.
Máxime que la conservadora cadena de noticias Caracol consignó recientemente que Nicaragua compró a Rusia una fragata artillada con misiles que quiebra el equilibrio militar en la zona. ¡Cómo faltan próceres¡
Periodista, abogado y notario, UCR.