Por Kendall Rojas
(MIÉRCOLES 13 DE ENERO, 2021-EL JORNAL). La Liga Nacional de Fútbol Aficionado vive uno de los momentos más críticos desde su creación a finales del siglo XX.
Las demandas por gestiones inapropiadas, su liquidez económica y falta de competición debido a la ausencia de protocolos tienen al ente rector en una profunda crisis que amenaza su continuidad; esto a pesar que en la misma institución niegan rotundamente estos temas.
Todo inició a mediados del torneo anterior, cuando el grueso de los equipos participantes de la temporada 2019-2020 se rebelaron contra la dirigencia encabezada por Juan Carlos Román y su presidente de la Liga de Primera División Aficionada, Luis Jiménez; denunciando un aumento en los costos de operación y conflictos de intereses en la reanudación de la competencia tras la pandemia del Covid-19.
Entre las denuncias de los dirigentes, encabezados por una nueva organización llamada ‘Coprifut’, está que ambos directivos escogieron ‘a dedo’ una empresa proveedora de artículos de higiene llamada ‘Cedijel’.
Pero entre las otras denuncias están también el aumento desproporcionado en los costos de ambulancia, alquiler de estadio, contratación de personal de seguridad entre otros gastos que conllevaba llevar a cabo estos encuentros, cifra que según los equipos llegaba hasta los ₡500 mil. Por este tema, los dirigentes decidieron denunciar a ambos representantes ante el Tribunal de Ética de la Federación Costarricense de Fútbol.
Pero el tema no culmina ahí, ya que a estas alturas de la temporada, esta liga no ha podido jugar un solo partido del campeonato que debe entregar a un equipo ascendido a la Segunda División, la pandemia y posterior negativa de las autoridades del Deporte y Salud al protocolo de reanudación, han imposibilitado el poder reanudar la actividad, a pesar de que los presidentes denuncian que se les cobró el monto correspondiente a la inscripción de un torneo que nunca inició.
Y a pesar de este tema, la liquidez económica de la institución parece pender de un hilo, ya que los dirigentes de Cariari (equipo ganador de la edición 2019-2020) también denunciaron que esta entidad no le ha cancelado el monto de premio al campeón que rondaba los cinco millones de colones.
“Nos han abonado por partes, primero eran cinco millones y después nos dijeron que por la pandemia se reduciría a tres millones y medio; era un premio que le prometimos a los jugadores y tuvimos que conseguir ese dinero prestado esperando que ellos cancelaran, ya llevamos casi siete meses en esa lucha, y nos dicen que no hay presupuesto, aunque entendemos que si los 82 equipos pagamos ₡550 mil, no sé por qué no apartaron ese dinero; vamos a llegar hasta las últimas instancias”, comentó en octubre anterior Wagner Guzmán, dirigente de Cariari.
Sin un panorama claro de cuándo reanundar el torneo, Linafa deberá sacar un representante para el próximo torneo de la segunda división.