(JUEVES 20 DE JUNIO, 2024- EL JORNAL). El fútbol es el deporte que más se parece a la vida, sin ninguna discusión. Y como ella, da numerosas vueltas, y evoca aquella imagen en que hay un actor que destaca en el escenario, pero en la siguiente función está como espectador y en la tercera intenta entrar al teatro en el que hace poco era su estrella.
Esta realidad es la que olvidan muchos futbolistas, quienes piensan que sus carreras son para simpre y que siempre habrá buenos sueldos y cámaras por doquier.
Lo cierto es que cuando se apagan las luces, o cuando empiezan a apagarse, la historia empieza a cambiar de forma dramática. Y como decía hace poco un futbolista que sabe de lo que habla, ‘todo pasa’ y al final lo que verdaderamente vale son los amigos que se cultivan a lo largo de la vida.
Quizá por eso, los ‘héroes de Italia 90’, como me gusta llamarlos, aunque a muchos no les gusta, se ven tan felices y contentos 30 años después de aquella gesta, que no les deparó, ni por asomo, el dinero que se merecían, debido, entre otras cosas, que ni siquiera recibieron un premio de manera formal por parte de la Federación de Fútbol.
Pero si usted se topa con el capitán Róger Flores, capitán entre capitanes, se dará cuenta de la calidad de ser humano que es, y así con todos. Son un grupo maravilloso que entendió que el fútbol era pasajero y un puente a la vez, pero no el lugar de destino.
Entendieron que lo que realmente cuenta es el camino y no la meta final, como muchas veces falsamente se cree.
Por eso hoy estás en Alajuelense o Saprisssa mañana en un equipo pequeño, o como el caso del gran Jorge Luis Pinto, que llevó a Costa Rica a su mayor gesta, y ha decidido darle una mano al Unión Magdalena de la segunda división de su país.
Sí, hoy eres el actor principal y mañana es suficiente con poder entrar al teatro. Son las vueltas del fútbol, como sucede en la vida.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
