Rafael A Ugalde Q.
rafaelangelu@yahoo.com
(SAN JOSÉ, 23 DE ABRIL DE 2014-EL JORNAL) Cuentan algunos amigos cercanos a Luis Guillermo Solís,- así lo habían bautizado sus padres cincuenta y cuatro años atrás- que, precisamente, la defensa que también realizaron desde el Ministerio de Comunicación, de cuarenta millones de dólares en la trocha fronteriza pesó, a resumidas cuentas, para que se enterrara la cartera en mención.
Quienes defienden su cierre acotan que esta dependencia generalmente era ocupada más por políticos de carrera que por comunicadores profesionales, aunque en todo caso no está muy claro por qué a quienes designaban allí les exigían como requisito “sine qua nom”, el que llevara una floreada cobija el primer día de labores y en voz alta hacer un extraño rito en que se repetía la frase “uno para todos; todos para uno”.
Los amigos de Solís arguyen que si los diversos funcionarios se comprometen fielmente con la transparencia en sus actos y rinden cuentas de forma adecuada, basta entonces en cada institución con una fortalecida oficina de prensa a cargo de verdaderos profesionales en la materia.
Recordaban a menudo que cuando este muchacho decidió libremente dirigirse hacia el patíbulo, ya tenía claro, por ejemplo, que los puentes del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) se caían podridos y que dicha cartera requería una “cirugía profunda” durante la cual en el quirófano los ingenieros serían minoría. Por eso defendieron públicamente la designación de Carlos Segnini, un abogado especialista en contrataciones públicas, que, aseguran, difícilmente le meterán diez con hueco en relación con las concesiones.
En Salud, Agregan sin tapujos que la esperanza en este campo está centrada en la médica María Eugenia López, una mujer de temple mancomunada con la “rendición de cuentas” y la “transparencia” como filosofía de vida.
Sin embargo, como siempre ocurre en estas andanzas, las sorpresas ahora están centradas sobre cómo resuelve la situación del veinte por ciento de la población que vive ene stado de pobreza.
Hay, por añadidura, medio millón de familias arrinconadas en covachas que esperaron de los “socialdemócratas” y los “socialcristianos” de ayer “una manita” para que sus hijos recibieran educación gratuita de calidad y en algún momento guarecerlos de la lluvia y el sol tropicales.
Sin olvidar, que Solís quedó obligado a bajar las fuerzas tensionales entre la tradicional monogamia con Estados Unidos en materia de relaciones exteriores y los imperfectos intentos en la región por encontrar un camino distinto del marcado por el fuego y sangre de la invasión y saqueo ocurrido cinco siglos atrás.
Con todo y ello, sus amigos confían que a última hora el cadalso se venga al suelo y su líder no corra la misma suerte de sus antecesores. Por eso, el día añorado de ratificar su trascendental decisión – fue el mismo día de su onomástico – Solís celebró a lo alto con una taza de café de San Marco de Tarrazú, y pidiendo a un sacerdote de la iglesia anglicana que tenía a la par lo confesase, se persignó, luego se dirigió a su escalofriante martirio y muy quedo, como susurrándose, dijo: “Dios, vos sabes, que ya vengo confesado”.
*Periodista, abogado y notario, graduado en UCR.