Las personas exitosas tienen ocho atributos en común, descúbrelos aquí
(SAN JOSÉ, 22 DE AGOSTO, 2013). El analista canadiense Richard St John descubrió un día que, a pesar de haber tenido un gran éxito económico y profesional en su vida, no sabía cómo lo había conseguido.
Una simple pregunta de una estudiante en un vuelo lo dejó al descubierto: no tenía idea de qué manera había llegado a la cima y a rodearse con los mejores de su campo.
En vista de que iba para una conferencia sobre Tecnología, Entretenimiento y Diseño (TED) decidió preguntarle a los participantes si le ayudarían a explicar cómo se obtiene el éxito.
Lo que era, en apariencia, una simple pregunta, se convirtió en siete años de investigación, a lo largo de los cuales habló con personas exitosas de diferentes campos, entre los que se encontraban actores, investigadores, emprendedores, científicos.
El resultado de esa travesía fue el libro “Los ocho rasgos que la gente exitosa tiene en común”, en el que St John puntualiza, entrevista a entrevista, cuáles son esos atributos.
A saber: 1: Pasión. 2: Trabajo. 3: Empuje. 4: Enfocarse. 5: Persistir. 6: Ideas. 7: Ser competente. 8: Servir.
Todos los entrevistados coincidieron, de una u otra manera, en esos ochos atributos, sin importar del campo del que procedieran.
Es importante destacar que este enfoque se distancia de los libros tradicionales de superación, que apelan al optimismo “per se”, a la buena voluntad y a una idea de causa y efecto que, por lo general, no corresponde a la realidad.
UNO A UNO
Y es que sin pasión, dice St John, nadie nunca logrará nada. A esa pasión tiene que unirle el “trabajo duro”, muy duro, muchas horas de dedicación, muchas horas de entrega. No basta con insinuaciones, un ratito sí y otro no; en verdad, el éxito solo se alcanza, precisa, después de largas jornadas de entrega y labor.
Hay que tener, también, empuje, es decir, decisión a la hora de desarrollar los proyectos. A medias no se llega a ningún lado. Automotivarse, autoempujarse con l mirada puesta en el objetivo: así es que se sube a la cima.
Para que todo lo anterior rinda frutos, es conveniente enfocarse, concentrarse en un gran objetivo, en un gran proyecto y no dispersarse como sucede a menudo. Mientras se trabaja en una iniciativa vendrán los días oscuros, los días de desaliento y ahí es cuando hace su aparición la persistencia. Persistir, persistir, persistir.
Al lado de la persistencia y de los otros atributos conviene generar ideas oportunas y realizables. No son las grandes ideas las que han cambiado al mundo, sino las ideas prácticas y estas, por lo general, están ahí esperando que llamen a su puerta.
El “ser competente” se refiere a que usted tiene que aspirar a ser el mejor en su campo, el número uno, el que más tiempo dedica, el que más investiga, el que más trabaja, y así alcanzará la meta de ser el mejor.
Servir al prójimo es la máxima que cierra el círculo. Todo el conocimiento del mundo no valdría si la persona no está dispuesta, incluso por dinero, a compartir lo que sabe y a poner ese don al servicio de los demás.
Ocho reglas para el éxito, que, por dicha, no responde a una lógica fácil, todo lo contrario, el éxito es posible si hay una total entrega a la causa y aún así pueden sobrevenir fracasos temporales.
Empiece a estudiar los citados ocho principios. Pregúntese cuántos de esos atributos tiene usted y si no cumple con todos, a trabajar en lo que haga falta.
El éxito, y esto es muy importante, es un trabajo continuo. No vaya usted a dormirse en los laureles o a que le suceda aquello de que “camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”.
En efecto, el éxito en la vida, en todos los campos, es una labor continua que requiere persistencia, entrega, servicio, ideas, trabajo duro, concentración, empuje y pasión.
