(JUEVES 23 DE SEPTIEMBRE, 2021-EL JORNAL). La misión principal de un entrenador es obtener el mejor rendimiento de su plantilla. Esto no tiene excepción. El que sea capaz de hacer podrá colgarse la medalla de que cumple con su trabajo. El que no, solo busca excusas para justificarse.
El mejor ejemplo del primer caso es Carlo Ancelotti, que con esa sabiduría de muchos años en los banquillos, conduce hoy a un Real Madrid sin contrataciones rimbombantes por un camino de aciertos.
¿Cómo lo hace Ancelotti? De la forma más sencilla: logrando el mejor rendimiento de cada uno de sus futbolistas, incluso de aquellos para los que se ha “inventado” un puesto o les ha renovado de manera espectacular sus expectativas.
El torpe Vinicius. El hazmerreír de todos hoy es otro. Ya apunta a insustituible en su banda izquierda. Marco Asensio jugó ante el Mallorca ayer como volante de llegada, y no de media punta como era usual, y metió tres goles. Eduardo Camavinga, el recién llegado, ayer jugó de contención y cumplió. Ancelotti, como se ve, busca soluciones, no pone excusas.
Y esa es la mayor tarea de cualquier técnico: obtener un alto rendimiento con lo que tiene.
No vale esa frase de Piqué y Koeman: ‘Es lo que hay’. No vale para el Barcelona ni para la Selección de Costa Rica. Hasta ahora Luis Fernando Suárez no ha mostrado nada. Su mano todavía no se ve en el equipo costarricense. Tiene el mes de octubre para demostrar sus muchas horas de experiencia, su sapiencia y su clic a la hora de tomar decisiones.
No tiene otro camino. Suárez sabía en el bosque en el que iba a meter. Con jugadores no en su mejor momento, con un campeonato en el que, más que por la forma de juego del torneo, lo que falla es la intensidad.
Añadido a ello, los ‘legionarios’ hoy no brillan, con la conocida excepción de Keylor Navas que sigue al más alton nivel.
El árbol de la vida se llama el libro que publicó Ancelotti para contar su etapa anterior en el Real Madrid, en el que ganó la décima Copa de Champions League. Vale la pena leerlo. Hay que seguir aprendiendo de este viejo zorro, otrora volante de contención de Arrigo Sacchi. Y si se hizo un campo en ese glorioso equipo de los holandeses, como se le conoció al Milan, es por algo. En el fútbol no hay excusas, ¿verdad, Carletto?
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez