(MIÉRCOLES 11 DE ENERO 2023-EL JORNAL). Mi querida amiga, ayer por esas casualidades del destino, mientras saboreaba un delicioso café, entró a la cafetería Raquel, aquella adolescente con quien compartí en tiempos de su juventud ratos de mucho dolor e inquietud

A mediados del mes de abril del año 1960, en una fría madrugada se alcanzó a escuchar por primera vez el leve llanto de Raquel, la hija número cuatro de los seis hermanos de la familia Sánchez.

Seis años más tarde. Raquel era una niña nerviosa retraída introvertida, alejada del mundo que la rodeaba. Se sentaba día tras día en un rincón de la sala observando en silencio lo que pasaba a su alrededor, encerrada en sus pensamientos y sufrimiento como víctima del engaño y seducción, e incapaz de enfrentar a su familiar agresor aceptaba con temor el abuso sexual como una obligación y algo normal.

Si le hubieran preguntado a su madre acerca del comportamiento de Raquel, habría respondido que su hija era una niña muy tímida, que le costaba pronunciar bien algunas palabras y no le gustaba compartir con sus hermanos y que en la escuela tenía problemas de aprendizaje como cualquier otro niño que supera con el tiempo las dificultades de la infancia

A sus trece años Raquel, adolescente alta ,delgada, de cabello negro largo ,ondulado, grandes ojos negros, de mirada triste logra terminar con mucha dificultad sus estudios en la escuela primaria y su familia teniendo en cuenta sus problemas de aprendizaje toma la decisión de que se quede en casa, situación que aprovecha la prima de su madre mujer joven, profesional, con dos niñas pequeñas, buen puesto, y un marido joven, desempleado, pero incapaz de cuidar a sus hijas, por lo que la niña adolescente termina al frente de las obligaciones hogareñas de la familia Salas.

El señor Salas, jefe de hogar, pasaba la mayor parte de su tiempo en casa esperando las notificaciones de las solicitudes de trabajo, que quizá nunca se hicieron y esos periodos de tiempo a solas con Raquel los aprovechó muy bien para conquistar y abusar, como lo hizo en su niñez, de la adolescente recién llegada a quien amenazaba con contarle a su esposa de que ella lo provocaba y forzaba a tener relaciones sexuales con él; sino complacía sus deseos.

Cuatro años después Raquel quedó embarazada y el ingenioso Señor Salas inventó un novio invisible;  porque nadie lo conoció, pero como la verdad siempre sale a la luz, -decía mi abuela- a los dos años los rasgos del niño eran idénticos a los del mortal violador tan semejantes que hasta una marca en su pierna izquierda delataba, al  pobre padre ultrajado y profanado por una perversa adolescente, y entonces la insensibilidad y astucia del abusador se descubrió, pero con sus mentiras y manipulaciones logró no solo que su esposa lo perdonara; sino también que se sintiera culpable por traer a su casa a esa familiar suya, abusadora, provocativa y mal agradecida, quien fue capaz de traicionarla y con su juventud querer separarla de su excelente marido. Mientras tanto, Raquel fue señalada como la peor traidora de la familia Sánchez

¿Y qué fue de la vida de Raquel?

Raquel tenía 19 años cuando se enfrentó al mundo con su niño pequeño, recuerdo cuando me dijo que ya no podía más….

¡Alto!  – le dije – Usted ama a su hijo – luche por él.  Así fue como Raquel terminó como trabajadora doméstica en casa de una adulta mayor que le permitió quedarse en su vivienda con su pequeño y as,í llena de grandes esperanzas, logró los sueños que muchos no alcanzan.

Hoy, 63 años después, Raquel es la madre de un cardiólogo reconocido, ella felizmente casada con un pretendiente que conoció el día de la graduación de su hijo, disfruta de lo que la vida le robó en su niñez y adolescencia.

¿Y qué paso con el señor Salas?

En la vida de Raquel solo es un recuerdo, el señor Salas vive con su esposa quien aún trabaja para hacer frente a las obligaciones de su hogar, él en ocasiones ha intentado buscar a su hijo, el cual piensa que ese hombre solo representa el dolor de su madre y es parte de un pasado que no vale la pena recordar

Hoy, como un hombre que ha perdido los sueños y las esperanzas, en las tardes de verano se le mira en el parque mirando pensativo a los niños jugar, como queriendo construir con las piezas del pasado, un presente indestructible que difícilmente alcanzará.

Querida amiga, ¿será que la vida recompensa la valentía de todas las mujeres como Raquel?  y ¿atormenta las mentes de los que un día causaron tanto dolor….?

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