(SÁBADO 10 DE DICIEMBRE 2022-EL JORNAL). Marruecos, una de las cenicientas del Mundial, merece un laaaaargo aplauso. Está en semifinales contra todo pronóstico.
Nombres como Ounahi, Amrabat, Amallah, En-Nesiry, Boufal, Saiss y hasta el propio técnico Walid Regragui son perfectos desconocidos que hoy el mundo descubre y que mañana se despertarán ubicados en las semifinales de Qatar 2022.
El primer equipo africano en acceder a estas instancias, lo ha hecho con fútbol ordenado, de pizarra, con una apuesta física y una gran capacidad de resistencia. Es el fútbol moderno. No hay, excepto Bono y Ziyeh una sola estrella por encima de cualquier jugador portugués y, sin embargo, como equipo alcanzaron un logro fantástico.
Una muestra más que el fútbol, como deporte, permite que por medio de la táctica y la estrategia se puedan acortar distancias.
Se va del Mundial sin pena ni gloria un Cristiano Ronaldo en el ocaso y una selección portuguesa que esta vez no se topó con la blanda Suiza, sino con una Marruecos épica y que, independientemente de lo que pase en las semifinales, ya hizo historia de la grande en Catar.
Un espejo magnífico para selecciones pequeñas como la de Costa Rica, que pasó de la grandeza en 2014 al rídiculo en la cita catarí.