(JUEVES 07 DE SEPTIEMBRE-EL JORNAL). En los últimos años se puso de moda que ir a la Selección era una conveniencia por parte del jugador, y no un privilegio y una responsabilidad.
Es decir, que el futbolista X decidía si le convenía a sus intereses personales acudir al llamado, o en su defecto declararse lesionado o imposibilidato por alguna razón extrafutbolística.
Así, la Selección Nacional, para la que históricamente cientos de jugadores costarricenses jugaron gratis, se volvió un club restringido y privilegiado. Solo para elegidos.
Ahora que se acercan los partidos contra Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, parece que esa situación va a cambiar, dado que si el futbolista se niega a la convocatoria se le respeta, pero se le comunicará a la afición la negativa.
Es un proceder excelente por parte del nuevo Comité Ejecutivo, que ojalá no sea solo un comienzo, sino una práctica que se institucionalice.
La Selección, más allá de cualquier otra consideración, es una gran vitrina para nuestros futbolistas y muchos de ellos han alcanzado cimas gracias a ella. Uno de ellos es Keylor Navas, quien llegó al Real Madrid no solo por sus méritos, sino también porque tuvo la posibilidad de defender el arco de la Tricolor en Brasil 2014.
De lo contrario, ese gran sueño hubiera sido imposible. Por más buena temporada que hubiese hecho ese año con el Levante.
De modo tal, que la Selección debe recobrar su lugar entre quienes la conforman, y que no sea un grupo al servicio de intereses particulares, sino que sea un bien del fútbol nacional.
La pelota hoy está en el tejado del nuevo Comité Ejecutivo, que, ojalá, haga respetar el patrimonio que representa la Selección Nacional.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL