(JUEVES 11 DE JULIO, 2024- EL JORNAL). Hasta tanto no haya nada oficial en torno a Gustavo Alfaro, todo se mueve en el mar de las especulaciones, muy características en estos tiempos y, sobre todo, en el fútbol.
Como el balompié es un negocio en toda regla, el entrenador tiene la potestad de ejercer la cláusula de salida y ahí acaba la historia. Sobre el particular, no se debe hacer ningún drama, si el técnico considera que su lugar es en Paraguay, tiene todo el derecho. Si por el contrario, decide permanecer en Costa Rica, ya tiene camino andado.
Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, suele decir que los futbolistas terminan jugando donde quieren. Igual pasa con los entrenadores.
El único detalle, en caso de que Alfaro decida vincularse a Paraguay, es que en su cuerpo técnico no hay un solo costarricense como para que oriente a quien le sustituya, sobre todo, si se elige, como todo indica, a un entrenador extranjero.
Pueden quedar los informes de Alfaro, pero aquí hay un pequeño vacío. Ahora, la ventaja es que como el trabajo de Alfaro está apenas comenzando, un cambio de timonel a esta altura no resultaría tan grave, pero lo ideal es la continuidad del cuerpo técnico, que ya identificó a los jóvenes que pueden dar un paso en esta transición.
La posible salida de técnico tiene que manejarse sin dramas, pero sí con una buena capacidad de reacción en caso de que se concrete, porque insistio, hasta ahora todo se mueve entre especulaciones, a falta de una propuesta formal de la Federación paraguaya.
En este tipo de situaciones queda claro, y espero que así sea, la importancia de contar con estructuras que indiquen el camino a seguir.
Si el técnico se marcha, hay que tener en cuenta de que el mundo seguirá guirando y de que mañana saldrá el sol, como diría Arrigo Sacchi.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL