(MARTES 11 DE JULIO 2023-EL JORNAL). En el fútbol moderno debe primar el aporte colectivo por sobre lo individual. Si esto no se entiende, se juega como la Selección de Costa Rica, cada quien por su lado, cada quien por su solar, a ver si por ahí, si por casualidad, se caza un balón o una liebre y se llega al gol por un cabezazo salvador.
En una entrevista con El País, el centrocampista alemán del Real Madrid, Toni Kross, le cuenta al periodista Manuel Jabois que Jupp Heynckes le dijo una vez, mientras era jugador del Leverkusen que era un buen futbolista y que con lo que tenía podía jugar en el balompié profesional, pero que le faltaba jugar sin balón si verdaderamente quería llegar lejos.
Y Jabois pregunta: ¿Y cómo es ese juego sin balón? –“La presión, los emparejamientos. Con los años he mejorado mucho esos aspectos. Si uno no defiende se lo pone muy difícil al equipo, y es casi imposible robar los balones de los rivales muy buenos”, le contesta Kross.
Presión y juego colectivo. Desarrollos funcionales le llaman ahora. Por eso se habla más de cómo se reacciona en el campo, por encima de ese famoso parado táctico de 4-4-2 ó 5-3-2 ó el 5-4-1, al que Pelé destrozó hace muchos años y al que Menotti convirtió en un número telefónico.
El tener una idea de juego colectivo, pulirla y buscar los jugadores adecuados para ello, es la tarea grande de un entrenador y si no lo consigue, como le ha sucedido a Luis Fernando Suárez, entonces se habrá fracasado y no puede seguir al frente de un seleccionado como el nacional.
Hoy, el fútbol moderno exige una dinámica multiplicada por cinco, diez, si lo comparamos con el de hace una década, por eso algunos futbolistas, por más talentosos que sean, si no marcan, no juegan, y esto no es valorar más lo físico que el talento, es que el talento y lo físico deben ir de la mano.
Nada de esto veo en la Selección Nacional. La actual Selección tiene como una década de retraso en relación con el gran fútbol, concebido como una puesta en escena colectiva, de equipo, en el que, en cierto momento, sí pueden brillar las individualidades.
Nos está dejando el tren y los federativos ni se percatan, porque tienen la mente en cómo subir en el escalafón de la FIFA.
Es nuestra realidad. Es nuestra Tiquicia. Aquí, aislados del mundo, nos venden cuentos chinos que ya no creemos.