(VIERNES 16 DE JUNIO DE 2023-EL JORNAL). La Selección no levanta cabeza dos años después de la llegada de Luis Fernando Suárez y ya no quedan muchas excusas en el camino para justificar el mal funcionamiento.
Anoche, ante Guatemala, fue un capítulo más de una extensa serie, que se ha caracterizado por un guion previsible y por un solemen aburrimiento. No hay alegría alguna al ver a la Selección jugar de esa manera errada, y tantas veces repetida.
Al fútbol se juega bien o mal, no hay termino medio. Y la Tricolor juega mal al fútbol. Este es el meollo del asunto. Luego, no me vengan con que tres en el fondo, línea de cuatro, hagamos un rombo en el mediocampo y si sigo me alertarán del fútbol las matemáticas y la geometría aplicada de la media hacia delante.
Se puede vender mucho humo en todos los campos y, en especial, en el fútbol, donde pareciera que este deporte es una rama nueva de la teoría cuántica con Max Planck a la cabeza.
Ahora, el técnico Luis Fernando Suárez se refugia en el argumento de que tarde o temprano era necesario un cambio generacional. Este es un cuento viejo, viejísimo, y trilladísimo. Ya todos sabemos el final de esta historia.
Costa Rica se vio mal contra Guatemala ayer, pero se ha visto muy mal ante Martinica, Panamá, Honduras, México, Curazao y un largo etcétera.
La única forma de que con Luis Fernando Suárez el equipo juegue mejor, sería que recurran a la Inteligencia Artificial (IA), que con alguna base informativa más sólida, le preguntaría al entrenador qué pretendía alieneando a Christopher Núñez, Aaarón Suárez, Diego Campos y Wilmer Azofeifa sin un plan claro y ubicándolos mal, de paso.
El banquillo de la Selección es un sinsentido, pero eso le ha de parecer magnífico a la Federación Costarricense de Fútbol y al señor Rodolfo Villalobos.
Se sigue pisoteando el nombre de la Selección Nacional, la misma que nos dio gloria en 1955, 1990 y 2014 y no pasa nada. Se desconoce que en el fútbol también cuenta el cuidar la imagen de una marca y hoy la Selección Nacional casi está por debajo de Nicaragua.
La Selección de Costa Rica no levanta ni levantará cabeza con Luis Fernando Suárez y no hay que estar al lado de Nostradamus para saberlo.
