priscila.villanueva.gonz@gmail.com
(SÁBADO DE JULIO, 2024- EL JORNAL. La tecnología ha sido un motor crucial en la evolución de la humanidad, marcando hitos que han transformado profundamente nuestras vidas. Desde las primeras herramientas de piedra hasta la invención de la rueda y la transición a la agricultura, cada avance ha representado un paso decisivo en nuestro desarrollo.
La escritura, por ejemplo, permitió el registro de información y la creación de civilizaciones complejas. Hoy en día, la inteligencia artificial (IA) se erige como un nuevo hito tecnológico, revolucionando sectores tan variados como la medicina, la educación, el comercio y la industria, y ofreciendo innovaciones que parecían inimaginables hace sólo unas décadas. Sin embargo, con estos avances surgen desafíos significativos que no podemos ignorar.
A medida que la IA se expande, también lo hace la preocupación por su uso indebido. La proliferación de información errónea y desinformación, facilitada por la IA, amenaza con desestabilizar procesos democráticos, especialmente con la proximidad de elecciones cruciales en varios países.
La capacidad de la IA para crear contenido sintético y manipulado ha complicado la identificación de información falsa, poniendo en riesgo la integridad de los sistemas electorales y la cohesión social. Este problema se ve agravado por la dificultad de las plataformas de redes sociales para controlar y rastrear la desinformación en sus vastas redes.
Frente a estos desafíos, los gobiernos están intensificando sus esfuerzos para regular la IA. La Unión Europea, por ejemplo, ha introducido un marco regulatorio que clasifica los sistemas de IA según el riesgo que representan, y Brasil está desarrollando su primera ley de IA para garantizar derechos y establecer gobernanza.
Países como China y Japón también están avanzando en sus regulaciones, mientras que Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos se destacan por sus significativas inversiones en esta tecnología. Aunque estas iniciativas son un paso positivo, la rapidez del desarrollo tecnológico a menudo supera la capacidad de las regulaciones para mantenerse al día.
El impacto de la desinformación y la información errónea en las campañas electorales es sólo la punta del iceberg en el contexto de la IA. Mientras navegamos por los avances tecnológicos, es crucial equilibrar los beneficios de la IA con una gestión ética y segura. Este desafío va más allá de la manipulación electoral; determina cómo la IA puede afectar la integridad de la información y la seguridad global en múltiples dimensiones.
Cada gran avance tecnológico, desde la invención de la rueda hasta el desarrollo de la IA, ha sido un hito en nuestro progreso, pero también ha traído consigo desafíos significativos. Abordar estos desafíos con un enfoque equilibrado y consciente es nuestra responsabilidad para asegurar que la IA, como cualquier otra revolución tecnológica.
*La autora es Ingeniera en Sistemas y tiene un Máster Ejecutivo en Inteligencia Artificial para los Negocios
