(MARTES 11 DE JUNIO, 2024, EL JORNAL). En un país que no es de ciervos menguados, como lo reza el himno al 15 de septiembre, el tema de la portería de la Selección Nacional no puede pasar de largo.
El técnico Gustavo Alfaro, no sabemos por qué, dado que hasta ahora no hay explicaciones al respecto, eligió a Patrick Sequeira para que ocupe el puesto que dejó Keylor Navas, estrella de la Tricolor y exguardameta del Real Madrid y el PSG.
La terna de aspirantes la completaban Kevin Chamorro y Aarón Cruz. (Leonel Moreira ha estado descartado en los últimos tres años sin que, tampoco, sepamos razones, a pesar de haber sido el mejor arquero en el recién terminado torneo de Clausura).
Como Alfaro tiende a imprimirle a sus conferencias de prensa un tono didáctico, no estaría nada mal que en una de ellas se explayara y apuntara, con lujo de detalles, el por qué Sequeira fue el escogido.
Lo anterior, debido a que el guardameta, oriundo de Limón, ni siquiera llegó a debutar en la Primera División del fútbol de Costa Rica y en los equipos españoles en los que ha estado, como Real Unión, Celta B, Lugo e Ibiza, no solo no ha sido indiscutible, sino que en el Lugo, por ejemplo, apenas si jugó unos cuántos partidos.
Aunque los arqueros en el balompié tienen más vidas que los gatos, porque pueden extender su carrera, no hay que olvidar que este futbolista ya tiene 25 años. En Europa nadie es una promesa a los 25 años, aunque aquí, por debajo, nos han deslizado el discurso de que juega porque es el portero del futuro.
Habría que empezar por preguntarse, muy seriamente, ¿qué es el futuro? Y a partir de ahí, que venga el señor Alfaro con su verbo preciso, claro, contundente y, sobre todo, abundante y dé las razones que tienen hoy a Sequeira como el sustituto de Keylor Navas.
En este caso concreto, la Federación y sus técnicos ven algo que el resto de la humanidad no vemos: ni en Costa Rica ni en España, y sería espectacular, desde el punto de vista comunicativo y pedagógico, que nos digan eso que ven y que convierte a Sequeira en el enviado celestial, porque a falta de explicaciones, tiene que existir un dios cómplice y generoso.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL