(MIÉRCOLES 21 DE OCTUBRE, 2020-EL JORNAL). China, Estados Unidos y Rusia, como si se tratara de una nueva Guerra Fría, esta vez con un tercer actor de jerarquía en la pelea, se han enfrascado en una compentencia para saber cuál de las tres naciones se queda con el cetro de haber obtenido la primera vacuna que permite prevenir la Covid-19.
Aunque Rusia anunció el 11 de agosto que tenía la primera vacuna lista para combatir el coronavirus, todavía ningún país ha logrado su distribución masiva, en momentos en que en algunas naciones se vive la segunda ola de la enfermedad.
La politización que ha desatado el surgimiento de la Covid-19 ha llevado a muchos a recordar aquellos años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en que el mundo se dividió en dos grandes bloques, lo que dio cabida a la Guerra Fría, en una carrera que emprendieron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y Estados Unidos.
La seguridad, la economía, la cultura, la política y el deporte fueron entonces escenarios donde a diario se dieron luchas para demostrar cuál de los dos países era más fuerte.
Algo similar sucede hoy con la lucha por generar la primera vacuna contra la Covid-19, en un combate que va más allá de una preocupación por la salud de la población mundial.
