(VIERNES 10 DE MARZO 2023-EL JORNAL). Confundir libertad de expresión con libertinaje puede salir caro. Confundir la parte con el todo, lleva a conclusiones totalmente erróneas.
Equiparar el juego de anoche de la Liga con lo que es el fútbol de Costa Rica nos puede arrastrar, desde el análisis, al despeñadero.
Las generalidades, que ya empiezan a aflorar en torno a la debacle manuda frente a Los Ángeles FC, por Concachampions, conducen a un callejón sin salida y a nombrar mal las cosas.
Algunos de los elementos, de esas generalidades, pueden ser válidos, pero ya todos juntos, si no se ponderan con un cuidado de cirujano, falsean la realidad.
En el caso concreto del partido de ayer en el Alejandro Morera Soto lo que quedó en evidencia, como el tamaño de una catedral, es que Andrés Carevic y su cuerpo técnico hicieron el trabajo de preparación del encuentro muy mal.
Para decirlo en palabras más que sencillas: quien construye una casa empezando por el techo, se topará con algunas sorpresas cuando los sismógrafos registren el evento.
Lo hecho por la Liga, disputadas las primeras 11 fechas del Clausura, ha sido muy bueno, y a ratos ha rozado la excelencia, pero lo de ayer era otro cuento, y ahí, en esa interpretación fue donde Carevic y sus asistentes fallaron estrepitosamente.
De esa manera, desaprovecharon un estadio con un ambiente extraordinario, la localía y la posibilidad de hacer un gran juego y mantener la serie abierta, pero la tiraron por la borda por haber hecho una ‘lectura’ previa alejada por completo de la realidad con la que se iban a topar.
¿Acaso Honduras, Haití y Panamá tienen un fútbol infinitamente superior al nacional? Si miramos los resultados eso parecería, porque el Olimpia goleó al Atlas, el Violett al Austin de Texas, el Tauro cayó por la mínica contra León y Motagua igualó sin goles frente a Pachuca.
Por eso decir, por ejemplo, que lo visto anoche es la realidad del fútbol costarricense no es preciso, y es, me atrevo a discutirlo, erróneo de principio a fin.
Todos, hasta el señor que vende los gallos de carne en las afueras del Morera Soto, sabían que Los Ángeles FC es mejor equipo que Alajuelense, entonces, ¿por qué Carevic no se dio cuenta de ello y planteó un juego que no estaba acorde con las cartas que tenía sobre la mesa?
Por lo tanto, hablar hoy de generalidades y decir que es culpa del campeonato, por la falta de intensidad, por los rivales que en el torneo local enfrenta la Liga, es ruir el análisis de fondo, y es creer que a los niños los trae la cigüeña.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FxD y EL JORNAL
