(MARTES 18 DE JUNIO, 2024, EL JORNAL). Todavía no comienza el Apertura 2024 y los equipos empiezan a dar señales. Es el caso de Alajuelense, que con sus contrataciones evidencia que hay desesperación en el club por obtener un cetro lo más pronto posible y evitar así que las llamas lleguen lejos.
Es un ejercicio completamente válido, pero se mueve en la delgada cuerda floja del todo o nada.
Todo si se gana y nada si no se es campeón, porque la mayoría de los jugadores contratados hasta ahora no tienen un mayor futuro como para pensar que si no salen vencedores, pueden continuar en la Liga.
Iago Falque, Larry Angulo y Anderson Canhoto son producto de lo apuntado líneas arriba.
Ese proceder de los manudos no solo es fruto de la falta de títulos en los últimos años, sino que un torneo como el costarricense, de tan solo seis meses, lleva a la toma de decisiones de este tipo.
Es necesario volver a un sistema de competición que tenga más y mejores asideros, en el que no haya tanta urgencias. Esta forma de jugar el certamen no beneficia en realidad a nadie.
Hoy se sale campeón y seis meses después ese mismo equipo puede estar tirado en el piso. Si tiene alguna duda observen lo que ha ocurrido con el Cartaginés.
Los técnicos deberían tener la posibilidad de programar una temporada larga, en la que que se puedan medir de una forma más balanceada los resultados. Lo otro, es lo que tenemos, un campeonato de urgencias y de juegos artificiales.
La consecuencia, que equipos como Alajuelense planifiquen a la desesperada y las prisas nunca son buenas consejeras.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
