(JUEVES 18 DE FEBRERO, 2021-EL JORNAL). Al triunfo le sobran padrinos y abrazos, y congratulaciones y protagonistas y luces y un sin fin de invitados. A la derrota le sobreviene, por lo general, un silencio sepulcral y una penumbra enorme.
Por eso la victoria ayer del Colo Colo de 1 a 0 ante la Universidad de Concepción es hoy la más importante de su historia, más allá de los muchos títulos –49—entre campeonatos nacionales, de copa, Libertadores (1) y recopas.
Es un grande de América Latina, pero al Colo Colo le llegaron las horas bajas y en el estadio Fiscal de Talca pudo salvar la categoría con un gol del argentino Pablo Solari, de tan solo 19 años. Ese gol quedará en la historia y en el corazón de los “colocoloquinos”. Solari debutó este año con el Colo Colo y ya entró en la historia de oro del club más grande Chile
Indudablemente, El Cacique, como se le conoce al Colo Colo, hizo muchas cosas mal a lo largo de la temporada para haber llegado al borde del abismo.
Malos resultados, cambios de técnicos y la ausencia de una visión clara y grande como siempre la tuvo, llevaron al Colo Colo a un punto crítco en sus 105 años de historia.
Lo que vivió Colo Colo le puede pasar a cualquier club con tradición, como ya le sucedió al Cartaginés en 1982, cuando descendió a la segunda categoría.
Por eso más allá de la parafernalia de la inmediatez es mejor planificar a mediano y largo plazo. Que si un título llega haya bases para sostenerse en la cima. Sucede que hay equipos como Liberia y Brujas que fueron campeones en Costa Rica y que luego pasaron al ostracismo.
No vale con solo ganar. Hay que ganar con perspectivas. Porque si solo se gana pasa la vieja historia de los abrazos fáciles, aparecen los oportunistas y todo se vuelve superficial e interesado.
Los verdaderos equipos buscan el triunfo siempre, pero sabedores de que ha de haber una estructura que los sostenga.
El gigante de Chile salvó la categoría, pero lo sucedido al Colo Colo ha de ser un aviso para los equipos costarricenses de media tabla para arriba, que pueden dormirse en sus laureles y por lo tanto pueden despertarse en la isla de las pesadillas.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez.