(JUEVES 03 DE AGOSTO-EL JORNAL). No vendré, jamás, a defender a Luis Fernando Suárez de nada ni de nadie, pero para ser honrado con el extécnico de la Selección Nacional, hay que decir que su alusión a Jorge Luis Pinto no se entendió.
Es grave que al decir que la culpa de que los técnicos salgan mal de Costa Rica no se hubiese entendido, más allá de que el entrenador no haya sabido expresarse de la mejor manera.
Literalmente esto fue lo que Suárez le dijo a Caracol, en Colombia, a la pregunta de por qué los entrenadores siempre salían mal de Costa Rica: “La culpa de eso la tuvo Jorge Luis, porque cuando estuvo en 2014 los hizo soñar y llegó a puntos altos y eso fue mal tomado”.
Lo que en realidad quería decir Suárez, es que Pinto dejó el listón muy alto, casi en una irrealidad, porque el país no está para ser octavo en un Mundial como lo fue en Brasil 2014.
Así, lo que era un elogio se convirtió en un reproche, pero no era lo que Suárez pretendía, partiendo del texto como referencia.
La confusión me preocupa porque no solo crea un falso debate, sino porque de nuevo estamos ante una prensa con alcances muy limitados, y tenemos que estar en un escalón más alto que la media, puesto que la responsabilidad de analizar los fenómenos y las situaciones nos corresponde, y hay que hacerlo con altura e inteligencia.
La fallida afirmación de Suárez respecto a su colega Pinto, lo que hace, en el fondo, es desnudarlo a él, porque evidencia que en el trabajo que se hizo en 2014 y el realizado en 2022 hay abismos y distancias insalvables.
Lo que no está bien es torcer la frase, sea porque no se entendió o por el afán puro de hacer polémica donde no la hay. En cualquier caso, una vez más, señores de la prensa deportiva, hay que mejorar, porque si exigimos nivel a los jugadores y a los entrenadores, nosotros tenemos que tenerlo y demostrarlo en nuestro trabajo diario.