(VIERNES 13 DE OCTUBRE-EL JORNAL). Maximizar los recursos de que dispone: esta es una de las principales premisas que debe de manejar cualquier entrenador si quiere triunfar.
Por lo tanto, es el momento para que Vladimir Quesada demuestre desde el banquillo que con recursos limitados, ante las ausencias de Mariano Torres y David Guzmán, puede llevar a Saprissa a una gran perfomance, como diría un dandi.
Quesada ha sido cuestionado en las últimas semanas y con razón. Los partidos del Saprissa frente al Real Estelí lo dejaron muy mal parado, dadas las pobres presentaciones de su equipo, que lo llevaron a la histórica eliminación contra un rival a todas luces inferior.
Y luego vino la derrota frente a Herediano, que por la forma y las circunstancias lastimó doblemente a la afición morada. En un club como Saprissa una eliminación de un torneo internacional y perder contra un adversario enconado como es el equipo florense es motivo para que se enciendan todas las alarmas.
Y así están en Saprissa: viendo más allá del Torneo de Copa y con la espada de Damocles amenazando el presente incierto.
En Saprissa este tipo de situaciones son imprevisibles y es un arte adivinatorio pensar en cómo va a concluir, pero si Quesada no es capaz de demostrar un buen juego y conseguir un buen resultado, probablemente quede sentenciado, es decir, termina el actual Apertura y los morados empezarán a buscar técnico.
Es la hora para que Vladimir Quesada demuestre que no está en el banquillo saprissista por casualidad, pero para ello deberá evidenciar en cancha, las muchas mejoras que requiere el club, y depende de él en gran medida: no tiene excusas ni escapatorias.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
