(MARTES 02 DE ABRIL-2024-EL JORNAL). Cartaginés vive un tsunami deportivo como no lo experimenta desde hace 25 años. El título conseguido hace dos años ante Alajuelense, lejos de convertirse en un punto de inflexión en un antes y un después, le ha hecho daño al equipo.
Es el viejo dilema de qué hago con la victoria. En el Miedo escénico y otras yerbas, Jorge Valdano cuenta que en la cima, a diferencia de lo que él creía, no hay nada. No existe esa sensación de imbatibilidad. Ni de supremo regocijo. Y eso parece haberle ocurrido al Cartaginés, que se asomó a la cima y no supo lidiar con el triunfo.
El club, hoy, tiene un grave problema estructural, porque esa estructura la conforman los Vargas, tanto don Leonardo padre como su hijo, y esto lleva, probablemente, a tomar decisiones más fruto de la emoción que de la racionalidad.
La derrota frente a Grecia y la aceptación por parte de don Leonardo de que hay un problema con el hasta hace poco capitán y estrella del equipo Marcel Hernández, es la punta del iceberg de la cual hemos venido hablando en diferentes columnas.
La única ventaja del conjunto blanquiazul en la actualidad es que no peligra por el descenso, pero la Copa Centroamericana y la clasificación a la segunda fase del Clausura ya se pueden dar por descartadas.
Encima de todo, el entrenador Mario García ya no encuentra excusas para justificar el mal rendimiento en la cancha y ha llegado a decir barbaridades como que “en Costa Rica no se gana con fútbol”.
Lo entiendo, está acorralado y frente a las cámaras hay que decir algo. No es el responsable de la debacle, es una víctima más de esa falta de estructura apuntada líneas arriba, que maneja el club como se hacía en los años ochenta.
Si no hay directrices. Objetivos claros. Responsables de ejecutar las políticas del club. Lo que prevalece son las ocurrencias del día a día. No creo que así trabaje ni siquiera un equipo de Primera Federación en España.
El equipo brumoso está en una encrucijada enorme y la única solución es que los Vargas pongan el dinero, como lo han hecho en estos últimos años de manera tan generosa, pero que al lado creen una estructura que maneje la parte deportiva con absoluta rigurosidad, de lo contrario, el próximo año podría ser un viacrucis al descenso.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL