(JUEVES 09 DE MAYO-2024-EL JORNAL). Una historia de película. La vida es la mejor narradora que existe. No hay un solo novelista que le ate los cordones en materia de contar historias.
Lo sucedido ayer en el Santiago Bernabéu con Joselu Mato lo confirma. Ni el más demencial guionista hubiese puesto a un actor secundario, muy secundario, en el rol protagónico con tanto drama y con un desenlace al estilo de Stefan Zweig.
Imaginen por un momento a un novelista frente a un productor de Netflix diciéndole: lo que quiero contar es la historia de un futbolista que siempre jugó en equipos pequeños, que acumula recientemente dos descensos y que un día el mejor club del mundo lo contrata y está a punto de irse a pique, de hundirse, a falta de tan solo dos minutos para que acabe el juego, aparece y anota dos goles históricos en tan solo tres minutos y salvan el pase a la final.
No tengan ninguna duda que a ese novelista lo pondrían en la calle en segundos, porque su argumento no es creíble. Nadie apostaría a poner un centavo por esa historia, pero es entonces cuando viene la vida y dice, un momento, el drama se queda corto, porque tiene que se en la mayor de las competiciones: en la Champions.
A punta de minutos, Joselu suma 17 anotaciones en la actual temporada. Es una locura que hace dos años haya estado en el Parque de Los Príncipes animando al Real Madrid en la grada porque Danny Carvajal es su concuño y que el próximo 1° de junio estará en el plantel que enfrentará al Borussia Dortmund.
La historia, ya a sabiendas que ha sucedido tiene drama, giro de guion, grandeza y, sobre todo, revancha, porque cuando anunciaron su llegada al Real Madrid muchos hicieron mofa con decir que el equipo blanco pasaba de Benzema y Cristiano al anónimo Joselu, salido sabe Dios de qué campo de fútbol perdido en el horizonte.
Ningún deporte es capaz de contar historias como lo hace el fútbol. Por eso es tan difícil traducirlas a una novela, un cuento, una serie, porque la realidad supera siempre a la ficción.
Y la de Joselu es una de ellas: dos goles en tres minutos en una semifinal de Champions. Ese guion no lo compra nadie. Es una insensatez. Entonces, viene la vida y vuela de un plumazo cuatro siglos de raciocinio puro y pone al Bernabéu patas arriba.
Periodista, escritor y comentarista. Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez. Esta columna se publica a diario en FXD y EL JORNAL
