(SAN JOSÉ, COSTA RICA, 04 DE JULIO, 2018-EL JORNAL). Romelu Lukaku, delantero estrella de la selección de Bélgica y del Manchester United, repasa en una carta en The Players Tribune los días difíciles que vivió junto a su familia, sumida en una gran pobreza, de la que él siempre soñó con salir.
Por eso, cuenta, un día descubrió a los seis años que el balón no era una simple pelota, sino un pasaporte para soñar y abrirse camino en la vida.
A sus 25 años, convertido en uno de los grandes delanteros del orbe, Lukaku, narra cómo asumió cada partido: “Cada partido que jugué fue una final. En el parque, era una final. En el colegio, era una final”, cuenta The Players Tribune.
El día que sorprendió a su madre mezclando leche con agua para que rindiera toda la semana, Lukaku, hijo de padres congoleños, se dio cuenta de la situación que vivían.
“Ella estaba mezclando agua con leche. No teníamos suficiente dinero para tener leche toda la semana. Estábamos quebrados. Era era pobreza, estábamos quebrados”, afirma.
El padre de Lukaku, que era futbolista, estaba en el final de su carrera y el dinero no alcanzaba. Así, cuenta, pasaban días y semanas sin electricidad.
“Yo sabía que éramos fuertes, pero cuando vi a mi madre mezclando leche con agua supe que aquello nos había superado. Esa era nuestra vida”.
Por eso el delantero, que hoy ha mejorado su porcentaje goleador gracias al apoyo de Thierry Henry, segundo entrenador de Bélgica, asegura que él es muy fuerte mentalmente, porque sabe lo que cuesta la vida.
“A las personas en el fútbol les encanta hablar sobre la fuerza mental. Bueno, soy el tipo más fuerte que alguna vez conocerás. Porque recuerdo estar sentado en la oscuridad con mi hermano y mi madre, decir nuestras oraciones, y pensar, creer, saber, esto va a suceder”.
En medio de aquella desolación, Lukaku tenía una esperanza, incluso cuando las cosas parecían ir peor cada día.
“Un día llegué del colegio y encontré a mi madre llorando. Finalmente le dije: madre, esto va a cambiar. Voy a jugar fútbol para el Anderlecht y esto va a suceder pronto. No tendrás que preocuparte nunca más”. Lukaku tenía entonces seis años.
Debutó en Primera División con el Anderlecht a los 16 años y 11 días. Y se propuso, desde entonces, llegar a ser el mejor jugador de Bélgica de todos los tiempos.